La administración republicana en Estados Unidos ha adoptado un enfoque más severo hacia gobiernos que considera autoritarios, reforzando su política migratoria y limitando el acceso de sus ciudadanos a visados estadounidenses.
Este cambio, que se enmarca en una estrategia de presión diplomática, busca condicionar la concesión de permisos de entrada a estándares más estrictos de derechos humanos y gobernanza.
Visados bajo mayor escrutinio
Las solicitudes provenientes de países con historial de represión política o falta de libertades civiles estarán sujetas a un análisis más exhaustivo. Fuentes diplomáticas en Washington señalan que el objetivo es garantizar que el sistema migratorio no beneficie a quienes forman parte de estructuras que, a juicio de Estados Unidos, actúan en contra de principios democráticos.
Cuba entre las naciones señaladas
Dentro de este nuevo enfoque, Cuba aparece en la lista de países que recibirán un seguimiento más estricto en materia de visados. El cambio podría impactar a un amplio espectro de solicitantes, desde funcionarios y representantes estatales hasta personas vinculadas directa o indirectamente con el aparato gubernamental.
Mensaje claro desde la embajada
La embajada de Estados Unidos en La Habana ha subrayado que estas medidas forman parte de un esfuerzo por “proteger los intereses nacionales”. Y “respaldar la defensa de los derechos humanos en todo el mundo”. El mensaje apunta a que no se concederán facilidades migratorias a individuos implicados en prácticas que, según Washington, contradicen esos principios.
Restricciones vinculadas a misiones médicas
En el anuncio oficial del Departamento de Estado, emitido este 13 de agosto, se especifica que las nuevas restricciones se aplicarán a funcionarios gubernamentales de algunos países africanos, Cuba y Granada. Así como a sus familiares, por su participación en el programa de misiones médicas internacionales del régimen cubano. Según Estados Unidos, este sistema “alquila” a profesionales de la salud a otros países a precios elevados. Reteniendo la mayor parte de los ingresos y privando a la población cubana de atención médica esencial.
Estados Unidos ha llamado a los gobiernos que contratan estos servicios a pagar directamente a los médicos y no al Estado cubano. Al que acusa de lucrarse con trabajo forzado. Además, ha instado a otras naciones a sumarse a esta postura, en apoyo a la libertad y la dignidad del pueblo cubano.