De última hora, el primer Ministro Manuel Marrero Cruz anunció cuándo el gobierno va a tomar el control del mercado cambiario de divisas en Cuba en este 2025.

El gobierno cubano promete una vez más transformar el sistema de cambio de divisas. Esta vez, con una fecha concreta. Se precisa además que se establecerá una tasa flotante para el dólar.

La medida forma parte del llamado “Programa de Gobierno para corregir distorsiones y reimpulsar la economía”.

Marrero afirmó que ya existe una estrategia comunicacional para explicar al país cómo se desarrollará la nueva etapa, que contempla una reorganización del mercado oficial, una redistribución “eficiente” de las divisas y un mayor protagonismo de las empresas estatales.

No es la primera vez que se promete una transformación del sistema. En 2022 y 2024 ya se anunciaron reformas que fracasaron rotundamente.

Las Cadecas colapsaron, las colas se hicieron interminables y las tasas impuestas nunca reflejaron la realidad.

A día de hoy, el dólar ronda los 380 pesos cubanos en el mercado informal, mientras que la tasa oficial sigue en 120, e incluso más baja en instituciones como Etecsa.

El nuevo sistema plantea un escenario incierto. La falta de reservas internacionales y la escasa confianza en las instituciones del país podrían generar una mayor depreciación del peso cubano.

El propio Marrero reconoció que la transición será difícil, dada la alta volatilidad esperada.

El primer ministro Manuel Marrero Cruz confirmó ante la Asamblea Nacional que será muy pronto, en esta segunda mitad de 2025, el Estado implementará un nuevo mecanismo de intervención en el mercado de divisas.

El anuncio incluye la introducción de una tasa de cambio flotante, que se ajustará diariamente según las condiciones del mercado

El antecedente del ministro destituido

Detrás de los anteriores modelos estuvo Alejandro Gil Fernández, destituido en febrero de 2024 tras reconocer el fracaso de la Tarea Ordenamiento y de los intentos anteriores de captación de divisas.

Gil dejó frases como “la vida es dura” y “la salida es la revolución”, que muchos consideran hoy un símbolo del desdén oficial ante la crisis.

Su sucesor, Joaquín Alonso Vázquez, ha asumido la dirección de la política monetaria sin mostrar aún resultados tangibles.

Bancarización forzosa y exceso de efectivo

Otro de los problemas que el gobierno pretende enfrentar es el alto volumen de dinero circulante, que creció un 13,9 % en el último año.

Aunque menor al 21 % del periodo anterior, la cifra sigue siendo alarmante, según el primer ministro.

Marrero apuntó a la escasez de bienes, la acumulación de efectivo en manos privadas y el predominio del uso de efectivo como las causas del desbalance.

Por ello, el gobierno insiste en su programa de bancarización. Más de seis millones de cubanos ya usan plataformas digitales de pago, pero las autoridades consideran insuficiente ese avance.

Quieren llevar más transacciones al entorno digital, sobre todo en el sector privado.

El pueblo sigue sin acceso a divisas

Mientras las empresas estatales recibirán directamente las divisas que generen, no está claro qué ocurrirá con el acceso para los ciudadanos.

Las remesas, el envío informal de dólares y las compras en la calle siguen siendo la única vía para muchos cubanos que necesitan pagar alimentos, medicinas o trámites migratorios.

El discurso oficial habla de desdolarizar, pero la realidad apunta en dirección contraria: Cuba está cada vez más dolarizada, y el peso cubano pierde valor con cada semana que pasa.

Paciencia y confianza, dice el gobierno. Pero en las calles, la gente solo quiere soluciones concretas.