La Universidad de Oriente avanza hacia una recuperación parcial de sus actividades después del fuerte impacto que dejó el huracán Melissa en Santiago de Cuba. Aunque algunos procesos académicos comienzan a reorganizarse, la institución aún enfrenta retrasos y ajustes que afectan a miles de estudiantes.
El restablecimiento no ha sido uniforme entre los distintos campus y modalidades, por lo que el regreso a las aulas se perfila como un proceso gradual y lleno de condicionantes.
Las clases regresan, pero no al mismo ritmo para todos
Según el Puesto de Dirección para Casos de Desastres de la universidad, el reinicio de las actividades docentes estará marcado por diferencias entre la modalidad de Curso Diurno y la de Curso por Encuentro. Las carreras y programas de Educación Superior de Ciclo Corto correspondientes a esta última modalidad retomarán las clases a partir del sábado 22 de noviembre.
Los estudiantes becados podrán regresar a las residencias desde el sábado 29 de noviembre, un paso clave para normalizar la vida académica, sobre todo para quienes dependen del alojamiento institucional.
En el caso de los programas de Ciclo Corto del Curso Diurno, el regreso ocurrirá más tarde: el lunes 1 de diciembre. Esta diferencia responde a ajustes metodológicos, disponibilidad de espacios y el nivel de recuperación en cada campus, principalmente en Julio Antonio Mella y Antonio Maceo.
Un proceso marcado por la atención a estudiantes afectados
La Universidad de Oriente aseguró que ofrecerá atención personalizada a quienes presenten dificultades para reincorporarse. Esto incluye estudiantes con problemas de movilidad o quienes enfrentan situaciones derivadas directamente de los daños del huracán.
Se indicó que los colectivos docentes trabajarán con flexibilidad para ajustar evaluaciones, asistencias o actividades prácticas según las condiciones individuales de cada alumno.
Los profesores también realizan adecuaciones metodológicas para cubrir los contenidos pendientes sin sobrecargar a los estudiantes, un desafío para carreras que requieren laboratorios, prácticas presenciales o acceso a equipamiento.
Un campus que aún siente los efectos del huracán
Los daños provocados por Melissa interrumpieron servicios básicos como electricidad, conectividad y acceso a aulas o residencias. Aunque muchas áreas ya se encuentran operativas, otras requieren reparaciones adicionales.
En algunos edificios, la infraestructura eléctrica sigue siendo inestable y se trabaja para garantizar un funcionamiento seguro antes de reanudar completamente las clases. La disponibilidad de transporte también influye en el retraso del retorno, especialmente para estudiantes que viajan desde municipios cercanos.
La normalidad aún luce distante
La universidad insiste en que el retorno será seguro y organizado, pero admite que el proceso depende del avance en los trabajos de recuperación en Santiago de Cuba. Aunque existen planes para recuperar el ritmo académico durante las próximas semanas, la situación real en los campus revela que el calendario seguirá sujeto a cambios.
La comunidad estudiantil espera que la institución pueda estabilizarse pronto, pero muchos temen que el curso quede marcado por interrupciones adicionales si la recuperación avanza más lentamente de lo previsto.
