Un nuevo proceso de licitación comenzó esta semana en la capital para definir el destino de varios inmuebles estatales que llevan tiempo sin uso. La convocatoria se abrió con discreción, pero despertó interés entre emprendedores y actores económicos.
Las autoridades indican que buscan propuestas capaces de revitalizar espacios abandonados y darles un uso práctico. Las opciones abarcan barrios periféricos y zonas de mayor movimiento, lo que amplía el perfil de posibles participantes.
Un plazo corto para presentar proyectos
La Empresa Inmobiliaria del Comercio Interior abrió el llamado hasta el 28 de noviembre. Los interesados disponen de siete días hábiles para entregar sus ofertas en sobres sellados. Las propuestas deben incluir datos del solicitante, nombre del proyecto, presupuesto estimado y, cuando sea necesario, el plan de obra para reparar o transformar el local.
Entre los inmuebles disponibles se encuentran espacios conocidos como La Castellana, en Marianao, la Cafetería San Agustín, en La Lisa, y la Cafetería Siboney, en el municipio Cotorro. También figuran locales pequeños como la Carnicería La Torre, junto a otros de mayor potencial como La Taberna, ubicada en La Lisa.
Las autoridades buscan atraer iniciativas diversas. Desde proyectos de servicio gastronómico hasta pequeñas tiendas o negocios culturales, dependiendo de las condiciones del espacio.
Un modelo que comenzó a expandirse
Esta licitación no es la primera de su tipo. Cinco meses atrás, la Empresa de Gestión de Patrimonio S.A., adscrita a la Oficina del Historiador, abrió un proceso similar dirigido a áreas del malecón habanero. En esa ocasión se trató de parcelas que podían albergar negocios temporales de comercio, gastronomía, recreación y actividades culturales.
Aquella experiencia se presentó como una oportunidad única para que los emprendedores se integraran al entorno del litoral. Las bases priorizaban proyectos con valor agregado para la comunidad y capacidad para generar empleo.
La Empresa Inmobiliaria del Comercio Interior retoma ahora esa línea con una convocatoria más amplia. En sus declaraciones públicas promete transparencia, participación y una estrategia alineada con la planificación urbana de la capital.
Cómo funciona el proceso de arrendamiento
La institución fue creada en 2021 y administra más de mil doscientos locales, áreas y espacios en La Habana. De acuerdo con reportes previos, atiende a unos cinco mil arrendatarios, entre trabajadores por cuenta propia, mipymes y cooperativas.
El mecanismo es directo: se anuncia el local disponible, se reciben las propuestas, una comisión evalúa y luego se negocia el contrato con el proyecto seleccionado. La Resolución 97/2021 permite que quienes asuman reparaciones puedan recibir exoneraciones temporales de pagos, una práctica que se ha aplicado en varios casos.
Entre los ejemplos de recuperación mencionados por la empresa figuran espacios emblemáticos como La Carreta y Club 23, en El Vedado, que fueron rehabilitados tras años de abandono.
Los nuevos inmuebles en licitación podrían seguir ese camino si aparecen propuestas viables. La empresa reconoce que el modelo comenzó sin antecedentes y que gran parte del trabajo ha sido aprender y ajustar procesos sobre la marcha.
Una oferta que atrae a emprendedores
La mayoría de los arrendatarios hasta 2024 eran actores no estatales. Entre ellos, ciento cincuenta y cuatro mipymes, noventa y ocho cooperativas y miles de trabajadores por cuenta propia. Muchos gestionan quioscos, tiendas antiguas o pequeños espacios ubicados bajo puentes o en zonas periféricas.
Con esta nueva convocatoria, La Habana abre otra ventana para que proyectos privados o estatales recuperen áreas ociosas y les den una salida económica. El resultado dependerá de las propuestas que lleguen esta semana y de las negociaciones posteriores.
