La eliminación del Programa de Reunificación Familiar tomó por sorpresa a muchos cubanos dentro y fuera de la isla. Entre los afectados hay también cubanoamericanos que tenían procesos en marcha para traer legalmente a sus familiares y que ahora ven ese camino interrumpido. Muchos votaron por Trump.
En varios casos, se trata de personas que apoyaron electoralmente al actual presidente mientras esperaban reunirse con hijos, padres o cónyuges. La decisión, anunciada este viernes, dejó a esas familias en una situación de incertidumbre.
Reacciones marcadas por frustración y sensación de injusticia
Tras conocerse la cancelación del programa, numerosos cubanos expresaron su malestar en redes sociales y espacios de opinión. Los mensajes reflejan enojo, cansancio y la percepción de que se castiga a quienes siguieron las reglas durante años.
Varios comentarios coinciden en que la medida afecta de forma directa a personas que cumplieron cada paso del proceso legal. Algunos consideran injusto que paguen las consecuencias del uso indebido que otros hicieron del parole humanitario.
Otros lectores pidieron que se revisen ciertas categorías migratorias, sobre todo cuando se trata de padres separados de hijos menores. Para muchos, el costo emocional de la espera resulta cada vez más difícil de sostener.
Lecturas políticas dentro de la comunidad cubana
Entre las reacciones también aparecen interpretaciones políticas. Algunos usuarios ven la eliminación del programa como parte de una estrategia más amplia de endurecimiento migratorio y aumento de las deportaciones.
No faltaron quienes recordaron que una parte importante de la comunidad cubana respaldó al actual presidente en las urnas. Hoy, varios de esos votantes se enfrentan a decisiones que afectan directamente sus planes familiares.
También surgieron voces críticas hacia la propia comunidad. Algunos señalaron que los privilegios migratorios históricos ya no existen y que el escenario actual es distinto al de décadas anteriores.
Consecuencias prácticas para los beneficiarios
Más allá del debate, la medida tiene efectos concretos. El cierre del programa elimina una vía que permitía a los beneficiarios esperar en Estados Unidos mientras avanzaban sus trámites migratorios.
Quienes ya se encuentran en el país bajo este mecanismo perderán su estatus el 14 de enero de 2026, salvo que tengan una solicitud de ajuste de estatus presentada antes del 15 de diciembre de 2025 y aún pendiente. Con la cancelación del parole, también se revoca la autorización de empleo.
Las autoridades indicaron que cada persona será notificada de manera individual y que quienes no tengan otra base legal deberán abandonar el país.
Confusión y necesidad de aclaraciones
En medio de la avalancha de reacciones, varios cubanos pidieron mayor claridad. Algunos reclamaron que no siempre se explica bien la diferencia entre el fin del parole de reunificación y la continuidad de las peticiones familiares tradicionales, que siguen vigentes aunque con largos tiempos de espera.
El tono general, sin embargo, es de angustia. Muchas familias sienten que años de sacrificio quedaron truncados de un día para otro y que el reencuentro vuelve a alejarse sin fechas claras.
