La ministra de Comercio Interior de Cuba, Betsy Díaz Velázquez, reconoció públicamente el aumento de los robos en bodegas estatales y reveló que un trabajador perdió la vida mientras intentaba defender su puesto.

Robos cada vez más violentos

Durante una intervención en las comisiones permanentes de trabajo de la Asamblea Nacional del Poder Popular, la funcionaria admitió: “Hasta perdimos a un trabajador defendiendo su puesto de trabajo”.

También mencionó que han enfrentado múltiples ataques, lo que refleja una creciente inseguridad en el entorno de distribución de alimentos.

Según explicó, en lugares como la Isla de la Juventud no se han registrado incidentes gracias al fortalecimiento del trabajo comunitario entre vecinos y autoridades locales.

Pide apoyo a la prensa oficialista

Díaz Velázquez instó a los medios estatales a denunciar públicamente los robos, para crear conciencia y apoyo en torno a la defensa de los recursos.

Considera que visibilizar estos delitos ayuda a generar una reacción social de rechazo y colaboración con el Estado.

En su intervención, también propuso almacenar los productos de la canasta básica en casas de vecinos o entidades cercanas cuando no existan condiciones de seguridad en las bodegas.

Más de 160 robos en lo que va de año

De acuerdo con datos oficiales, en 2025 ya se han reportado al menos 163 robos en bodegas estatales en todo el país.

En estas unidades se comercializan alimentos subsidiados, por lo que cada pérdida implica un impacto directo en la alimentación de muchas familias.

La ministra advirtió que reponer los productos robados se ha vuelto complicado. Esta situación refleja no solo la escasez de recursos, sino también la fragilidad de los sistemas de control y la improvisación en las soluciones adoptadas.

Inseguridad agravada por la crisis

El incremento de los robos se vincula directamente con la profunda crisis económica que atraviesa el país. La escasez de alimentos y productos básicos ha elevado el valor de estos bienes, convirtiendo a las bodegas en blanco de hurtos y asaltos.

El hecho de que un trabajador haya muerto en uno de estos episodios deja ver hasta qué punto ha escalado la violencia, mientras las autoridades insisten en soluciones que dependen, en gran parte, de la colaboración ciudadana.