El Gobierno cubano anunció un conjunto de disposiciones que vuelve a mover los límites del sector privado. La comunicación llegó sin grandes detalles previos y en un contexto donde las reglas cambian con frecuencia, lo que mantiene la incertidumbre entre los negocios no estatales.
El anuncio habla de ordenamiento y flexibilización, pero todavía es pronto para saber si se trata de una apertura real o de un nuevo mecanismo de control.
Cambios que amplían, pero no liberan, el comercio mayorista
La ministra de Comercio Interior, Betsy Díaz Velázquez, presentó el documento que regirá las nuevas relaciones comerciales. A partir de ahora, las Mipymes y las cooperativas no agropecuarias dedicadas a actividades mayoristas podrán firmar contratos con entidades estatales, organismos internacionales, instituciones religiosas, empresas extranjeras y otros actores económicos privados.
Es una ampliación visible, aunque no completamente novedosa. Muchos de esos vínculos ya existían de forma limitada o bajo supervisión, y el Gobierno simplemente los normaliza con una nueva capa regulatoria.
Productores privados con permiso para vender mayorista y minorista
El Consejo de Ministros ratificó que las Mipymes, cooperativas y trabajadores por cuenta propia que produzcan bienes podrán venderlos tanto al por mayor como al detalle. También se autoriza la venta de materias primas vinculadas a su actividad.
Esta aclaración responde a reclamos de años dentro del sector, donde la falta de reglas claras generó sanciones, inspecciones contradictorias y obstáculos para comercializar inventarios.
Aprobaciones centralizadas para nuevos mayoristas
La apertura no será completamente libre. Los nuevos negocios interesados en operar como mayoristas deberán tramitar la autorización a través de la plataforma de actores económicos y demostrar vínculo directo con las estrategias de desarrollo territorial.
La aprobación queda en manos de instancias centrales, un método que ha frenado a numerosos emprendimientos en los últimos meses. Cambian las reglas, pero el filtro se mantiene.
Un anuncio que llega tras meses de restricciones
Aunque el discurso oficial intenta presentar estas decisiones como un avance hacia la flexibilización, el contexto inmediato muestra otra realidad. En el último año, el Gobierno canceló licencias, limitó operaciones de importación, restringió la venta mayorista privada y aumentó los controles en aeropuertos y almacenes.
La presidenta del Instituto Nacional de Actores Económicos No Estatales, Mercedes López Acea, aseguró que la norma recoge inquietudes de Mipymes y gobiernos locales. Pero para muchas empresas privadas, el problema no ha sido la falta de consultas, sino la inestabilidad constante en las normativas.
El reto pendiente: estabilidad y confianza para producir
El primer ministro Manuel Marrero afirmó que la medida “no es prohibitiva” y que permitirá impulsar el comercio minorista. Sin embargo, el principal desafío no es solo autorizar nuevas relaciones, sino garantizar que no habrá nuevas restricciones repentinas dentro de unos meses.
Todo dependerá de la implementación real. Sin estabilidad legal, sin transparencia en las aprobaciones y sin protección frente a giros bruscos, las Mipymes seguirán operando con el freno puesto.
