Cuba pierde otra fuente clave de energía en medio de la crisis eléctrica. Una de las patanas turcas que aportaban 240 MW al sistema nacional fue desconectada esta semana en La Habana, y todo indica que el motivo es la falta de pago.
Lázaro Guerra Hernández, director de Electricidad del Ministerio de Energía y Minas, admitió la salida de servicio, alegando “razones comerciales”. No ofreció detalles, pero en redes y medios no oficialistas el mensaje es claro: el gobierno no puede pagar ni cubrir el combustible necesario para mantener operando estos generadores flotantes.
Esta patana tenía una capacidad similar a la de la central termoeléctrica Antonio Guiteras, y su salida agrava los cortes eléctricos, que ya eran frecuentes por la combinación de averías, falta de mantenimiento e insuficiencia de combustible.
Las patanas: de solución temporal a dependencia permanente
Las embarcaciones turcas llegaron a Cuba como una solución de emergencia. Estaban pensadas para cubrir déficits temporales mientras se invertía en infraestructura nacional. Pero ante la parálisis inversora y el deterioro progresivo del parque termoeléctrico cubano, estas unidades se convirtieron en una muleta permanente del sistema.
El problema: operar estas patanas cuesta caro. La energía que producen debe pagarse en divisas y requiere combustible, usualmente diésel, que también escasea. En el pasado ya se habían producido desconexiones por impago, y la situación actual parece repetir el mismo patrón.
Apagones sin tregua, pese a la sincronización de Guiteras
La desconexión de esta unidad flotante se produce en pleno verano, cuando la demanda energética es más alta por el calor. Apenas unos días antes, la Unión Eléctrica había anunciado con entusiasmo la reincorporación de la planta Guiteras al sistema, pero esa noticia positiva quedó opacada por la retirada de la patana.
La pérdida de 240 MW anula el alivio que hubiera podido suponer el regreso temporal de la Guiteras, que además funciona de forma intermitente debido a sus múltiples fallas estructurales.
Indignación por la falta de transparencia
En redes sociales, muchos cubanos expresaron su molestia por la forma en que el gobierno comunicó la noticia. Apenas dos meses atrás, autoridades negaban los rumores de una posible salida de esta patana. Ahora la confirman sin ofrecer explicaciones concretas ni alternativas viables para sustituir la generación perdida.
“¿Razones comerciales? Eso es falta de dinero”, escribió un usuario en X. La frase resume el sentir de una población cansada de apagones, discursos evasivos y promesas incumplidas.
Sin solución a la vista
La retirada de esta patana no es un hecho aislado. En años anteriores, la empresa turca ya había retirado otras por los mismos motivos. Todo indica que, sin ingresos frescos o un cambio de política energética, otras unidades podrían correr igual destino.
Mientras tanto, la población sigue enfrentando jornadas enteras sin electricidad, sin perspectivas claras de mejora a corto plazo.
sin palabras lo que estamos viviendo 😔
Se pasan la vida enmascarando las cosas, poniéndoles nombres bonitos a los problemas. En fin, con o sin patana no se va a resolver el problema eléctrico.
Por el amor de Dios hasta cuándo y hasta dónde un problema al parecer sin solución.