Aumento del robo de motorinas en Cuba preocupa a la población. Un artículo del semanario cienfueguero 5 de septiembre se refiere al fenómeno.

El hurto de ciclomotores eléctricos en Cuba ha ido en aumento, convirtiéndose en un problema que afecta tanto a propietarios como a las autoridades. Casos recientes han evidenciado la rapidez con la que operan los delincuentes y la dificultad de recuperar los vehículos una vez robados.

Robo de motorinas en la vía pública

Uno de los incidentes ocurrió en Cienfuegos, cuando dos personas fueron sorprendidas transportando una motorina sin cascos ni documentación. Los agentes de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR), al notar su actitud sospechosa, intentaron detenerlos. Ante la negativa de los individuos, estos emprendieron la huida, pero fueron capturados poco después.

Mientras eran trasladados a la estación, una mujer llegó desesperada a denunciar el robo de su ciclomotor, el mismo que los policías habían recuperado minutos antes. Su reacción fue de alivio al saber que su vehículo estaba a salvo.

En otro caso en Palmira, una propietaria dejó su motorina estacionada cerca de su casa y en cuestión de minutos desapareció. Gracias a la rápida actuación de sus familiares y las autoridades, los responsables fueron detenidos en pocos días. Sin embargo, el ciclomotor ya había sido modificado en un intento por ocultar su origen.

Métodos sofisticados para encubrir los robos

Según la capitana Yesenia Villazón Rojas, instructora penal de la Unidad Provincial de Investigaciones Criminales, muchos de estos robos se deben al descuido de los dueños, quienes dejan sus motorinas en la vía pública sin medidas de seguridad adicionales. Aunque la instalación de seguros y alarmas ayuda, no es garantía absoluta, ya que los delincuentes han aprendido a vulnerarlos con facilidad.

Las investigaciones han revelado que existen redes organizadas dedicadas al robo y alteración de estos vehículos. Los delincuentes no solo cambian el color y las piezas, sino que ensamblan nuevas motorinas con partes robadas, colocan pegatinas y modifican las luces para hacerlas irreconocibles. En algunos casos, los ciclomotores son recuperados en su totalidad, pero en otros solo se encuentran partes aisladas, lo que deja a los propietarios con pocas esperanzas de recuperar su bien por completo.

La receptación: otro problema legal

Además del robo, la receptación de motorinas robadas también es un delito. Muchas personas compran estos vehículos sin exigir documentación, lo que las pone en riesgo de perder tanto el dinero como el ciclomotor si se demuestra que proviene de un hecho delictivo. La capitana Villazón Rojas advierte que quienes compren sin verificar el origen de la motorina pueden enfrentar consecuencias legales, además de quedarse sin el vehículo adquirido.

Las autoridades han insistido en la importancia de denunciar cualquier situación sospechosa y de proteger adecuadamente estos bienes. Ante el incremento de los robos, se recomienda no dejar las motorinas sin vigilancia y, en la medida de lo posible, resguardarlas en lugares seguros.

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