La tónica de los últimos días en Cuba es el reajuste del horario de clases debido a los constantes y extensos apagones. La provincia más reciente en sumarse a esta «medida de moda» es Camagüey.

Al menos en la ciudad capital de ese territorio oriental, el horario docente diario terminará justo al mediodía. La medida se toma de forma independiente, o sea cada escuela decidió hacerlo bajo su propia consideración. En este caso están los centros de la Educación Primaria.

El objetivo, según Cubanet, es que los niños descansen y duerman por las tardes. Por las noches se hace imposible lograr el reposo adecuado si tenemos en cuenta que casi todas las madrugadas los apagones se extienden.

Preocupación por el curso

No son pocos los padres que ven esta decisión como arbitraria. El curso está a punto de concluir y esta reducción de horas de clase pudiera repercutir en el aprovechamiento académico de los estudiantes.

Los apagones no solo afectan el proceso docente en cada escuela. Además, inciden de forma negativa en el estudio independiente en los hogares.

En tanto, las autoridades de la Unión Eléctrica de la Isla (UNE) han afirmado que los «apagones son temporales». Se estima que en el verano la situación energética mejore, aunque en años anteriores no ha sido así.

Durante los meses de julio y agosto, los más calurosos del año, el consumo eléctrico se dispara sobremanera. Es un factor lógico si tenemos en cuenta las altas temperaturas, así como el más frecuente uso de los equipos electrodomésticos en plenas vacaciones.

A los actuales procesos de mantenimiento de varias plantas del país se suma la escasez de combustible para generar energía. Como se conoce, los apagones alcanzan las 16 horas cada día en los miles de circuitos de la geografía de Cuba. Por lo pronto no se avizora una solución a corto plazo.