Cubanos que solicitaron asilo en Estados Unidos están recibiendo notificaciones que elevan la incertidumbre sobre su futuro migratorio. En las últimas semanas, varios casos han mostrado un cambio en la estrategia aplicada a personas con procesos aún abiertos, lo que ha encendido las alarmas dentro de la comunidad migrante.
La preocupación crece porque muchos de estos solicitantes aseguran no haber tenido información clara ni tiempo suficiente para reaccionar ante las decisiones administrativas que ahora enfrentan. El escenario resulta especialmente tenso para quienes permanecen detenidos o bajo supervisión migratoria.
Deportaciones a países que no son Cuba
La Administración de Donald Trump está impulsando la deportación de solicitantes de asilo cubanos hacia terceros países, entre ellos Uganda y Ecuador. La medida no implica un retorno directo a Cuba, sino el envío a naciones con las que los migrantes no tienen vínculos previos ni garantías claras de protección.
Este enfoque ha generado inquietud entre los afectados, que temen ser trasladados a lugares donde su seguridad, estabilidad legal y condiciones de vida no están aseguradas. Para muchos, se trata de destinos desconocidos y sin redes de apoyo.
¿Qué dicen los abogados de inmigración?
El abogado de inmigración Wilfredo Willy Allen explicó recientemente que esta práctica forma parte de una estrategia de presión sobre los solicitantes. Según detalló, el objetivo sería empujar a los migrantes a abandonar sus solicitudes de asilo y aceptar la salida voluntaria.
Allen señaló que en las cortes federales se han presentado varias mociones para frenar estas deportaciones. Sin embargo, algunas han sido rechazadas por cuestiones procesales. Entre los principales argumentos legales destacan la falta de tiempo para presentar recursos, la mala fe del Gobierno y la ausencia de pruebas de que los países receptores puedan garantizar la seguridad de los migrantes.
El abogado indicó que Honduras, Ecuador y Uganda no han ofrecido garantías suficientes o han rechazado recibir a más cubanos en determinadas circunstancias.
Presión psicológica y abandono del proceso
De acuerdo con Allen, la táctica busca desmoralizar a los solicitantes. Al enfrentarlos a la posibilidad de ser enviados a un tercer país, muchos optan por renunciar a su caso de asilo ante el temor y la incertidumbre.
El especialista advirtió que aceptar una salida voluntaria sin asesoría legal puede cerrar puertas futuras y dejar al migrante en una situación de mayor vulnerabilidad. Insistió en que cada caso debe analizarse de forma individual y que no se deben aceptar decisiones apresuradas.
Saturación de las cortes y detenciones prolongadas
Otro factor que influye en este escenario es la sobrecarga del sistema migratorio. Más de 196000 personas han sido enviadas a corte por el USCIS, lo que ha generado retrasos y acumulación de expedientes.
Allen subrayó que esta congestión está siendo utilizada como herramienta de presión. A ello se suma el alto costo económico de las detenciones prolongadas. En algunos centros privados de Texas, el Gobierno paga hasta 1200 dólares diarios por cada persona detenida.
Según el abogado, esta realidad económica contribuye a mantener a muchos migrantes bajo custodia sin una resolución rápida de sus casos, prolongando la incertidumbre y el desgaste emocional.
¿Qué recomiendan los expertos?
Los abogados recomiendan no tomar decisiones sin asesoría legal especializada. También aconsejan documentar cualquier irregularidad, cumplir estrictamente con los plazos procesales y mantenerse informados sobre el estado del expediente.
Mientras continúan las batallas legales en las cortes federales, el futuro de miles de cubanos solicitantes de asilo sigue marcado por la incertidumbre y la necesidad de actuar con cautela ante un escenario cada vez más complejo.
