La noticia supone un duro golpe para miles de cubanos que esperaban reencontrarse mediante reunificación familiar, estudiar o participar en intercambios culturales.

A partir de este lunes 9 de junio, el gobierno de Estados Unidos dejará de emitir visas de no inmigrante para ciudadanos cubanos. Y aunque algunos con visas vigentes podrán entrar, no todos serán admitidos.

Fin de las visas para turismo, estudio o visitas familiares

La Embajada de Estados Unidos en La Habana informó que, desde la entrada en vigor de la proclamación presidencial, quedará suspendida la emisión de visas B1/B2 (turismo y negocios), así como las categorías F, M y J, que incluyen estudios académicos, formación vocacional y programas de intercambio.

Esta medida afecta de forma directa a cubanos que tenían planes de viaje para visitar a familiares, asistir a conferencias o matricularse en instituciones educativas estadounidenses.

La decisión responde a que Cuba ha sido nuevamente incluida en la lista de países que “no cooperan plenamente” con los esfuerzos de Estados Unidos en materia de seguridad y lucha contra el terrorismo, según el Departamento de Estado.

Quienes tienen visa vigente sí podrían entrar, pero no es seguro

El cierre de la emisión de visas no implica automáticamente la cancelación de las ya otorgadas. Las personas que cuenten con una visa válida antes del 9 de junio podrán intentar viajar.

Sin embargo, la entrada a territorio estadounidense no está garantizada. Las autoridades migratorias evaluarán caso por caso y tienen la facultad de rechazar el ingreso si consideran que la persona se encuentra dentro de las restricciones establecidas por la proclama presidencial.

Solo unas pocas categorías quedan exentas

La suspensión no afectará a quienes ya son residentes permanentes legales en Estados Unidos, ni a quienes posean visas de inmigrante emitidas en las categorías IR-1, CR-1, IR-2 o CR-2, destinadas a familiares inmediatos de ciudadanos estadounidenses.

También quedan fuera de esta restricción los refugiados, solicitantes de asilo, beneficiarios de parole humanitario, diplomáticos, representantes de organismos internacionales y sus familiares cercanos, así como ciertos participantes en eventos deportivos u otras misiones específicas autorizadas.

Las visas B1 y B2 ya emitidas seguirán siendo técnicamente válidas, pero no garantizan la entrada a Estados Unidos. Esto significa que:

• No serán canceladas automáticamente.
• El titular podrá presentarse en el aeropuerto y abordar un vuelo, si la aerolínea lo permite.
• Al llegar a territorio estadounidense, el oficial de migración decidirá si admite o no al viajero.
• La decisión será caso por caso, y si el funcionario considera que la persona está dentro del grupo restringido por la proclama presidencial, puede negar la entrada, aun teniendo visa.

Por tanto, los cubanos con visa B1/B2 emitida antes del 9 de junio de 2025 podrán intentar viajar, pero asumen el riesgo de ser rechazados en la frontera sin derecho a apelación ni reembolso de pasajes.

Una medida que podría prolongarse

La proclamación firmada por el presidente Donald Trump no establece una duración definida para estas restricciones.

El texto indica que las medidas se mantendrán en vigor hasta que el gobierno cubano coopere de forma efectiva en la verificación de identidad de sus ciudadanos y acepte su repatriación en caso de deportación.

Este endurecimiento de las políticas migratorias coincide con otras decisiones recientes del gobierno estadounidense. Estas limitan el acceso a programas migratorios para ciudadanos de países considerados “poco cooperativos”, como Venezuela, Irán o Siria.