Infracciones del tránsito, conducción bajo los efectos del alcohol o fraudes matrimoniales… Las autoridades buscan que el filtro para acceder a la ciudadanía americana sea cada vez más duro para quienes tienen una green card, y resulta increíble todo lo que tendrán en cuenta.
En Estados Unidos, la situación de los inmigrantes indocumentados sigue marcada por la incertidumbre: detenciones, deportaciones inmediatas y un clima de presión constante. Pero la realidad es que ni siquiera quienes ya lograron una residencia permanente con su green card pueden sentirse seguros.
El proceso de naturalización para convertirse en ciudadano estadounidense se ha endurecido. A partir de ahora, incluso faltas menores o comportamientos considerados poco responsables pueden convertirse en un obstáculo insalvable para obtener la ciudadanía.
Una revisión más estricta de la conducta
El Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (USCIS) emitió un memorando que amplía el análisis del requisito conocido como “buen carácter moral”. Antes, bastaba con no tener delitos graves en el historial. Ahora, la revisión será integral: se evaluará el comportamiento en la comunidad, las obligaciones familiares, la responsabilidad fiscal y hasta la forma en que el inmigrante se integra socialmente.
Factores positivos que contarán
Entre los elementos que se considerarán a favor de un solicitante se encuentran:
Participación y contribuciones en la comunidad.
Cumplimiento de la manutención familiar y otras obligaciones legales.
Historial de empleo estable y legal.
Nivel educativo y compromiso social.
Pago puntual de impuestos y regularización de deudas atrasadas.
El USCIS aclara que demostrar una vida estable y en sintonía con los valores de la sociedad estadounidense será clave para superar la evaluación.
Conductas negativas bajo la lupa
El memorando establece que ya no solo se tendrá en cuenta un expediente criminal. Infracciones aparentemente menores pueden afectar el resultado, como multas de tráfico reiteradas, evasión de impuestos o el incumplimiento de la manutención infantil.
Aemás existen barreras automáticas para acceder a la ciudadanía, entre ellas:
Condenas por drogas.
Dos o más arrestos por conducir bajo los efectos del alcohol.
Fraude matrimonial.
Registro ilegal para votar.
Delitos graves como asesinato, tortura o genocidio.
La importancia de la rehabilitación
Pues bien, USCIS señala que quienes hayan tenido un pasado problemático podrán demostrar que han cambiado. Para ello deberán presentar evidencias como:
Pago de pensiones alimenticias atrasadas.
Superación de adicciones mediante programas de rehabilitación.
Testimonios comunitarios que acrediten buena conducta reciente.
Cumplimiento estricto de la libertad condicional o sanciones judiciales.
Pago íntegro de impuestos pendientes.
La carga de la prueba será del solicitante, que tendrá que demostrar con documentos y testigos que hoy cumple con el estándar exigido.
Un giro en la política migratoria
Este nuevo enfoque responde a la estrategia del gobierno estadounidense de “proteger” la ciudadanía y reforzar los filtros de seguridad. En paralelo, también se ha agilizado la posibilidad de revocar la naturalización en casos de fraude o delitos graves, mediante procesos civiles de desnaturalización.
Abogados de inmigración advierten que estas medidas convierten la naturalización en un examen mucho más exigente, donde no basta con no delinquir: el solicitante debe probar que vive conforme a los valores cívicos y sociales de Estados Unidos.