Donald Trump, presidente electo de Estados Unidos, ha generado un nuevo debate nacional con su decisión de eliminar el horario de verano.

En un mensaje publicado en su red social Truth Social, calificó esta práctica como «inútil y costosa», y aseguró que cuando asuma en enero de 2025 impulsará medidas para acabar con los ajustes de reloj que ocurren dos veces al año.

El horario de verano, introducido originalmente para aprovechar más la luz del día y reducir el consumo energético, ha estado bajo escrutinio durante décadas.

En cuestionamiento

Mientras algunos valoran las tardes más luminosas y las posibles ventajas económicas, otros critican los efectos negativos sobre la salud y el sueño.

De hecho, expertos han señalado que los cambios de hora pueden alterar los ritmos circadianos, lo que podría provocar problemas de salud, incluyendo insomnio y fatiga.

Trump destacó que su administración, junto con el Partido Republicano, impulsará esta medida como una prioridad legislativa. Aunque propuestas similares han surgido en el pasado, ninguna ha logrado consenso.

En 2022, el Senado aprobó el «Sunshine Protection Act», un proyecto que buscaba mantener un horario fijo durante todo el año, pero quedó paralizado en la Cámara de Representantes.

En varias regiones de Estados Unidos, el debate ya ha trascendido a nivel local. Estados como Florida y California han intentado implementar horarios permanentes, pero la falta de una legislación federal lo ha impedido.

Con el Senado y el Congreso en manos republicanas

Además, el tema ha dividido a la opinión pública: mientras que algunas personas consideran anticuada la práctica del cambio de hora, otras creen que las tardes más largas benefician al comercio y las actividades al aire libre.

La eliminación del horario de verano requeriría aprobación del Congreso, lo que añade complejidad al plan propuesto por Trump.

Sin embargo, con su respaldo y el de otros líderes políticos, el tema podría ganar tracción en los próximos meses. Por ahora, esta iniciativa promete mantener vivo un debate que combina aspectos sociales, económicos y de salud pública.