Una nueva ronda de cheques de estímulo ha sido planteada por el presidente Donald Trump.

Esta vez, los pagos estarían financiados con ingresos recaudados por aranceles a productos importados, una política económica que su administración ha reforzado desde comienzos de 2025.

La propuesta: un “pequeño reembolso” para aliviar los bolsillos

Antes de partir hacia Escocia el viernes pasado, Trump comentó a periodistas que se está evaluando la opción de entregar reembolsos directos a la población.

“Estamos pensando en un pequeño reembolso. Pero lo más importante que queremos hacer es pagar la deuda.

Pero estamos pensando en un reembolso”, dijo el mandatario, haciendo alusión también a la deuda federal, que ya supera los 36 billones de dólares.

¿De dónde saldría el dinero?

La base de la propuesta son los aranceles de importación aplicados este año, que ya han generado cerca de 100 mil millones de dólares en ingresos, según el secretario del Tesoro, Scott Bessent.

Si se mantiene la tendencia, la cifra podría alcanzar los 300 mil millones anuales.

Parte de esos fondos, plantea Trump, podrían redistribuirse entre los ciudadanos como un alivio económico puntual.

¿Quiénes podrían recibir estos pagos?

Trump fue cauteloso con los detalles. Aclaró que el reembolso se dirigiría a “personas de cierto nivel de ingresos”, aunque no precisó el rango ni si se aplicaría a todos los contribuyentes o solo a quienes se encuentren bajo ciertos umbrales económicos.

Tampoco quedó claro si estos pagos serían automáticos o si requerirían algún tipo de solicitud.

¿Qué se necesita para que se apruebe?

Para que estos cheques lleguen a la población, el Congreso tendría que aprobar una nueva legislación.

Aunque recientemente se firmó una ley tributaria con nuevas exenciones fiscales, no incluye una provisión de reembolsos basados en aranceles.

Por tanto, el plan de Trump dependería de un nuevo debate legislativo, algo que no será fácil a pocos meses de las elecciones legislativas.

Más política que certeza

Hasta ahora, la propuesta se queda en una intención. Trump busca capitalizar el tema en campaña, ofreciendo una promesa concreta que conecta con la presión inflacionaria que sigue afectando a muchas familias en Estados Unidos.

Sin embargo, sin una propuesta legislativa clara ni apoyo confirmado en el Congreso, los reembolsos siguen siendo solo una posibilidad.