Enviar dinero a la familia: ¿Por qué está creciendo el envío de remesas desde Estados Unidos?

El miedo a las redadas migratorias en Estados Unidos está modificando la manera en que millones de inmigrantes envían dinero a sus familias en América Latina.

En países como Honduras, Guatemala, El Salvador o Nicaragua, las remesas han aumentado hasta un 20 % en lo que va de 2025, según el Observatorio de Migración y Remesas de la Fundación BBVA.

El efecto del temor a la deportación

Expertos coinciden en que no se trata de una mejora económica de los migrantes ni de aumentos salariales significativos. El alza responde al miedo a ser deportados.

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“Si una persona enviaba 300 dólares, ahora manda 360 o 370. Lo hacen porque temen ser deportados pronto y quieren adelantar el envío de dinero por si ya no pueden hacerlo el próximo año”, explicó Manuel Orozco, del Inter-American Dialogue.

El endurecimiento de políticas migratorias y la incertidumbre sobre el futuro de los programas de protección temporal han llevado a muchos migrantes a repatriar sus ahorros de manera anticipada.

El caso mexicano: caída en los envíos

México, a diferencia de Centroamérica, ha registrado una desaceleración. Según el Banco de México, los envíos cayeron 4,6 % en mayo de 2025, tras más de diez años de crecimiento sostenido.

La explicación está en que la comunidad mexicana en Estados Unidos lleva más de dos décadas establecida.

Sus vínculos familiares y económicos con México se han debilitado con el tiempo, mientras las nuevas generaciones se asientan de manera definitiva en territorio estadounidense.

Cuba: un escenario distinto

El comportamiento de las remesas en Cuba difiere de lo que ocurre en otros países de la región. A pesar del impacto de las políticas migratorias en Estados Unidos, los envíos hacia la isla se mantienen estables.

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La razón principal no es una mayor prosperidad de los emigrados, sino la profunda crisis que atraviesa el país.

La escasez de alimentos, medicinas y productos básicos obliga a los cubanos en el exterior a sostener económicamente a sus familias.

En Centroamérica y Sudamérica, las remesas suelen complementar ingresos en entornos donde existe cierta disponibilidad de bienes.

En Cuba, en cambio, estas transferencias resultan vitales para acceder a productos que no están al alcance en la red comercial nacional.

A esta situación se suman los apagones continuos, la inflación y el deterioro del poder adquisitivo en pesos cubanos, factores que refuerzan la dependencia de las remesas como principal vía de supervivencia para millones de hogares.

El impuesto a las remesas, una amenaza adicional

A partir de enero de 2026 entrará en vigor un impuesto del 1 % a ciertas remesas desde Estados Unidos, aprobado por el Gobierno de Donald Trump.

Analistas proyectan que esta medida provocará una reducción en los envíos hacia Centroamérica y el Caribe, con caídas de entre un 2 % y un 5 % dependiendo del país.

En el caso cubano, aún no hay cálculos oficiales sobre el impacto que podría tener, pero el escenario de crisis sugiere que los emigrados intentarán sostener el flujo de dinero hacia la isla, aunque el costo aumente.

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