El regreso de Donald Trump a la presidencia en 2025 podría traer consigo cambios significativos en las políticas migratorias de Estados Unidos, poniendo en riesgo incluso a quienes poseen la residencia permanente o Green Card. Así lo advierten algunos expertos.

Estas medidas, impulsadas anteriormente durante su primer mandato, permitirían la deportación de inmigrantes considerados como una “carga pública” para el país.

¿Por qué los residentes permanentes no están exentos de deportación?

Aunque la Green Card otorga derechos como trabajar y residir de manera indefinida en Estados Unidos, no garantiza inmunidad total frente a las leyes migratorias.

Actualmente, existen disposiciones legales que permiten la deportación de residentes permanentes si se determina que representan un riesgo para el orden público, han cometido ciertos delitos graves, o incluso si se les clasifica como dependientes de asistencia gubernamental.

Durante su primer gobierno, entre 2017 y 2021, Trump implementó restricciones más severas al sistema migratorio, negando el ajuste de estatus y la entrada al país a aquellos que podían ser clasificados como una “carga pública”.

Esta política se aplicaba a quienes recibían o podían recibir beneficios como ayuda alimentaria, asistencia para la vivienda o programas de salud pública, como Medicaid.

Lo que podría cambiar en 2025

Con su retorno al poder, se espera que Trump reactive e incluso amplíe estas medidas. De acuerdo con medios como RPP, estas políticas podrían nuevamente dificultar que los migrantes ajusten su estatus migratorio o accedan a beneficios sociales esenciales.

Además, quienes ya poseen una Green Card estarían en riesgo de perderla si son señalados bajo esta normativa.

La actual administración de Joe Biden había relajado estas restricciones, permitiendo un acceso más amplio a beneficios y un enfoque más humano en el trato a los inmigrantes. Sin embargo, la llegada de Trump al poder el próximo 20 de enero podría revertir estos avances.

Impacto en los inmigrantes y la economía

La posibilidad de deportaciones masivas no solo afecta a los migrantes directamente, sino también a la economía de Estados Unidos.

Según datos recientes, los inmigrantes, incluidos los indocumentados, contribuyen significativamente al desarrollo económico del país, generando ingresos y ocupando puestos clave en diversos sectores laborales.

Si se implementan estas políticas más restrictivas, los inmigrantes con Green Card podrían enfrentar una mayor incertidumbre y dificultades, incluso para acceder a servicios básicos.

Además, estas medidas podrían aumentar la brecha social y generar tensiones en comunidades que dependen de la mano de obra migrante.

Los cambios previstos en las políticas migratorias de Trump representan un desafío significativo para la comunidad inmigrante, incluyendo a quienes ya poseen una Green Card.

A medida que estas disposiciones se perfilan como una realidad inminente, los migrantes y sus familias deberán estar atentos a las actualizaciones y buscar asesoría legal para proteger su estatus en el país.

La incertidumbre sobre el futuro de estas políticas mantiene en alerta a miles de residentes permanentes y sus comunidades en Estados Unidos.