El plan de Donald Trump para aplicar un impuesto del 5% a las remesas desde Estados Unidos recibió un frenazo inesperado este viernes. Legisladores republicanos bloquearon la iniciativa en el Congreso.

Cinco votos en contra dentro del propio partido

Durante una votación en el Comité de Presupuesto de la Cámara de Representantes, cinco congresistas del Partido Republicano se opusieron al paquete legislativo. Alegaron que gravar las remesas generaría más déficit fiscal, lo que contradecía los principios tradicionales del partido.

El proyecto, impulsado por Trump bajo el título “One Big Beautiful Bill”, buscaba ampliar las exenciones fiscales de 2017, añadir nuevas rebajas y crear un impuesto del 5% sobre las remesas enviadas al extranjero.

Pese al revés, en Washington muchos creen que el rechazo es solo temporal. La mayoría de los republicanos más cercanos a Trump aún respaldan el plan, por lo que podría volver a someterse a debate en los próximos días.

México responde con firmeza

La presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, criticó la medida durante su conferencia del 16 de mayo. “Es discriminatoria”, dijo, recordando que el tratado bilateral firmado en 1994 prohíbe la doble tributación entre ambos países.

Sheinbaum recalcó que, además de ser contraria a los tratados internacionales, la propuesta afectaría a los migrantes con menos recursos. “Si quieren recaudar, que lo hagan en otro lado”, sentenció.

Recordó también que millones de mexicanos ya tributan entre un 10 y un 37% en Estados Unidos, y que no se trata de evasores. En 2024, el envío de remesas desde ese país hacia México ascendió a 64.700 millones de dólares, una cifra equivalente al 3,5% del PIB nacional.

Los estados mexicanos que más remesas recibieron fueron Michoacán, Guanajuato, Jalisco, Ciudad de México y Estado de México. En promedio, cada envío fue de 393 dólares, principalmente desde California, Texas y Colorado.

México eleva su queja al Congreso estadounidense

El canciller Juan Ramón de la Fuente confirmó que el Gobierno mexicano ya hizo llegar una carta al Congreso de Estados Unidos. En ella, se expone el rechazo a la medida por considerarla violatoria de acuerdos internacionales y discriminatoria en términos fiscales.

A pesar del revés, la Casa Blanca mantiene su intención de avanzar con el plan en medio de crecientes tensiones por el déficit presupuestario que enfrenta el país.