Donald Trump volvió a jugar sucio. Compartió en redes sociales un video falso donde se muestra al expresidente Barack Obama siendo arrestado en la Casa Blanca.

La escena, creada con inteligencia artificial, presenta a Obama esposado y con un mono naranja mientras suena la canción “Y.M.C.A.”. El montaje no tiene base real, pero el objetivo era claro: desviar la atención.

Buscó tapar el escándalo de Epstein con un montaje grotesco

El video circulaba desde días antes, pero Trump lo publicó justo cuando más arreciaban las críticas por el caso Epstein. Sus propios seguidores estaban molestos. El Departamento de Justicia se negó a revelar los archivos prometidos. Y un artículo del Wall Street Journal reveló una carta con contenido lascivo que Trump supuestamente envió a Epstein hace décadas.

La presión crecía. Muchos de sus aliados lo instaban a actuar. Trump había calificado el caso como “aburrido” y atacado a su base por insistir en el tema. Pero tras la publicación del diario, cambió de estrategia. Ordenó a su fiscal general, Pam Bondi, pedir al tribunal la desclasificación de los testimonios del gran jurado.

Reacción dividida dentro del movimiento MAGA

La jugada logró calmar los ánimos en parte de su base. Stephen Bannon y Laura Loomer salieron a defenderlo. Otros, como JD Vance y Elon Musk, pusieron en duda la autenticidad de la carta publicada. Pero la división persiste. Algunos simpatizantes sienten que Trump está ocultando información. Otros lo acusan de estar desviando la atención con trucos mediáticos.

Mike Benz, figura influyente del entorno MAGA, dijo que muchos votantes fueron “entrenados para no soltar el caso Epstein”. Para él, no se puede cerrar el tema sin consecuencias. Natalie Winters, del pódcast War Room, declaró sentirse “manipulada”.

Trump endurece el discurso y ataca a todos

En lugar de aclarar dudas, Trump intensificó su retórica. Llamó “tontos” a algunos republicanos. Acusó a sus antiguos seguidores de caer en “trampas de la izquierda”. Insistió en que los medios mienten y en que todo es una conspiración.

“Esta demanda no es solo por mí, es por todos los estadounidenses”, escribió en Truth Social tras querellarse contra el Wall Street Journal. También volvió a decir que “no hay pruebas creíbles” sobre los clientes de Epstein.

El caso no se cierra

Pam Bondi guarda silencio. Rechazó hablar del tema con la prensa. Su oficina solo publicó un memorando donde se reafirma que Epstein se suicidó y que no existen listas incriminatorias. Pero varios republicanos no están conformes. Piden más transparencia o, incluso, nombrar un fiscal especial.

El escándalo sigue vivo. Y aunque el video falso ayudó a Trump a cambiar el tema por unas horas, la presión interna no se ha disipado. Su base más dura aún exige lo que les prometió: toda la verdad sobre Epstein.