La tensión se disparó este lunes tras un ataque con misiles lanzado por Irán contra una base militar de Estados Unidos.
Según informó la agencia Reuters, en la capital catarí, Doha, se escucharon fuertes explosiones en medio del cierre del espacio aéreo y recomendaciones urgentes de las embajadas de Estados Unidos y Reino Unido para que sus ciudadanos se refugiaran de inmediato.
El ataque se produce en un momento de máxima presión regional, luego de que Estados Unidos bombardeara instalaciones nucleares iraníes en la noche del domingo.
Explosiones también en Irak
Mientras los misiles impactaban en territorio catarí, los sistemas de defensa aérea en la base estadounidense de Ain al-Asad, en Irak, se activaron ante un posible ataque. Según un funcionario citado por el diario israelí Haaretz, Irán habría lanzado seis misiles hacia la base en Qatar y otro más contra una instalación militar en Irak.
Estados Unidos mantiene presencia en varias bases en la región, entre ellas Ain al-Asad, ubicada en la provincia de Anbar, y Erbil, en el norte iraquí, ambas fundamentales para la misión de la OTAN y el apoyo a las fuerzas locales.
Respuesta a ataques previos
Este nuevo episodio intensifica el conflicto tras la ofensiva de Estados Unidos contra tres reactores nucleares iraníes. El recuerdo del ataque iraní de 2020 contra Ain al-Asad, en represalia por el asesinato del general Qasem Soleimani, vuelve a estar presente.
Por ahora, ni las autoridades cataríes ni las fuerzas estadounidenses han ofrecido un balance oficial de daños o víctimas. Las imágenes difundidas por medios locales muestran columnas de humo cerca de instalaciones militares.
Tensión creciente y riesgo regional
Los recientes enfrentamientos elevan el riesgo de una escalada abierta en el Golfo Pérsico, donde tanto Qatar como Irak alojan fuerzas militares estadounidenses estratégicas. La Base Aérea de Erbil, en el Kurdistán iraquí, también ha reforzado sus medidas de seguridad.
La situación se desarrolla rápidamente mientras se esperan pronunciamientos oficiales de Washington y Teherán.
