Cuba fue testigo, por primera vez en su historia, de la realización en el Instituto de Neurología y Neurocirugía (INN), de un método quirúrgico, con el fin de hacer un mapeo cerebral del lenguaje, con el paciente despierto, lo que permitió eliminar un tumor en la zona, sin afectar el “área elocuente”.

La neurocirujana Lianet Sánchez Leyva, con solo 29 años de edad, fue la especialista líder del equipo multidisciplinario. Según declaraciones de la especialista al portal digital de Radio Rebelde, el método quirúrgico para el mapeo cerebral del lenguaje con el paciente despierto, es una alternativa que permite hacer una recepción más amplia. De manera más detallada, este procedimiento quirúrgico permite extraer toda la porción del tumor que no invade la zona del cerebro que se relaciona directamente con la comprensión del lenguaje y con la capacidad de la emisión de palabras.

La neurocirujana Lianet Sánchez Leyva ha afirmado: «Si realizáramos la extracción de la lesión completa dejaríamos a la paciente sin la capacidad para comprender y hablar».

En Cuba, antes, el procedimiento que se practicaba para manejar este tipo de glioma era tomar una muestra y enviarla a anatomía patológica para poder ver el resultado histológico, «saber de qué tipo de tumor se trata y definir otros tratamientos y ahora este nuevo proceder que posibilita una mayor exérisis de la lesión aumentará la sobrevida con calidad de la paciente».

Intervención quirúrgica para el mapeo cerebral | Foto: Claudia Díaz Pérez, Radio Rebelde

En el caso de este método quirúrgico ejecutado por primera vez en Cuba, esto fue lo acontecido: lo primero que se hizo fue dormir a la paciente, entonces, se le realizó una amplia craneotomía (operación quirúrgica en la que la parte del cráneo, llamado colgajo óseo, se extrae con el fin de acceder al cerebro). Luego de despertar a la paciente y retirarle la entubación (técnica anestésica dormido-despierto) se inició la estimulación de las áreas del lenguaje. La paciente tuvo que responder a las preguntas que se le realizaron, a la vez que se le estimulaba la corteza cerebral del “área elocuente” antes afectadas por el tumor.

Lianet Sánchez Leyva, neurocirujana del Instituto de Neurología y Neurocirugía con el equipo de médicos que trabajaron en la intervención

Lianet Sánchez Leyva explica que a la paciente se le hicieron distintas preguntas, todas relacionadas con la localización que se le estaba evaluando. Se le pusieron disímiles tareas tales como: ejercicios matemáticos; también la denominación de distintos objetos, explicar sus funciones; reconocer rostros; determinar qué tipo de música se le ponía a escuchar.

La joven neuróloga confirma que, cuando transcurrieron 21 días después de la intervención quirúrgica, se le realizó a la paciente una exérisis amplia de la lesión, se supo el resultado histológico del tumor cerebral y desde el transquirúrgico resultó posible constatar que la paciente no presentó afectaciones en el lenguaje.

Durante nueve (9) horas el equipo multidisciplinario conformado por 11 especialistas tales como: neurocirujanos, neurofisiólogos, neuropsicólogos, anestesiólogos, enfermeros, puso en práctica este novedoso método quirúrgico. Este tipo de intervenciones tiene un costo que supera los 100 000 dólares en países desarrollados. Puede alcanzar incluso precios entre los 160 000 y 190 000 dólares.

Procedimiento cerebral para el mapeado

Este tipo de intervención quirúrgica, según explica la especialista, no se había realizado hasta este momento en Cuba, no por carencia de capacidad médica, sino por el alto costo de los instrumentales, del material gastable y la tecnología necesaria, como es el caso de las sondas para el mapeo cerebral y los estimuladores corticales.

Todos los equipos de diagnóstico que tiene el Instituto de Neurología y Neurocirugía (INN), entre los que pueden nombrarse la resonancia magnética de 3 Tesla, la Tomografía Axial Computarizada (TAC) de 64 cortes y la tecnología dentro del salón, tanto como neuronavegadores y endoscopios de alta definición. Todos estos equipos son equipos de alta tecnología y sumamente costosos, pero, son realmente necesarios para la especialidad de Neurología y Neurocirugía.