La mesa del Congreso de los Diputados de España ha dado un importante paso adelante al desbloquear la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) sobre la regularización de personas migrantes en situación irregular.

Esta medida, que había sido aceptada por el pleno el pasado 9 de abril, había estado detenida debido a los prolongados plazos de presentación de enmiendas. El reciente acuerdo entre el PSOE y Sumar permitió avanzar en la tramitación de la propuesta impulsada por la plataforma RegularizaciónYa.

Esta iniciativa legislativa abre la puerta a la posibilidad de que más de 500.000 personas que actualmente viven y trabajan en España puedan regularizar su situación.

Pese a contribuir de manera significativa a la economía y la sociedad, sus derechos siguen vulnerándose. Los sectores del hogar, los cuidados y la agricultura dependen en gran medida del trabajo de estas personas, que continúan invisibilizadas.

La propuesta busca poner fin a una injusticia histórica, reconociendo formalmente los derechos de quienes han sostenido sectores esenciales. No obstante, el reto será garantizar que esta regularización no quede reducida a un proceso parcial o condicionado, que perpetúe la precariedad que ya padecen.

La integración y la equidad son esenciales en este proceso, que no debe usarse con fines políticos de corto plazo.

Voces en contra

A pesar de los beneficios que traería la medida, no faltan las voces en contra. Argumentos como el «efecto llamada» o la supuesta amenaza a la identidad nacional son a menudo esgrimidos. Y no son pocos los que se oponen a la medida.

Estos discursos racistas y discriminatorios no reflejan la realidad de un país que no puede ignorar la existencia de medio millón de personas en situación irregular.

Ahora el reto será lograr que la ILP mantenga su esencia a lo largo del proceso parlamentario. Evitando recortes que comprometan los derechos de las personas afectadas.

El compromiso debe ser firme, garantizando una regularización efectiva y sin medias tintas. Los colectivos sociales tienen la responsabilidad de seguir presionando para que este proceso se traduzca en una mejora real para quienes más lo necesitan.