Unos 8 pesos de diferencia: entre la tasa del Banco Central y CADECA

La puesta en marcha de la nueva tasa de cambio flotante en Cuba ha dejado una sensación clara entre muchos ciudadanos: el valor que anuncia el Banco Central no coincide con el que aparece en ventanilla.

La diferencia, que puede llegar a varios pesos por dólar, se ha convertido en motivo de quejas constantes en redes sociales.

Aunque la autoridad monetaria publica cada día una tasa oficial, en la práctica esa cifra funciona solo como referencia.

Bancos, casas de cambio y otras instituciones aplican ajustes propios que encarecen o reducen el valor final de la divisa para el cliente.

Una brecha visible en el cambio diario

Este sábado, el dólar mostró una diferencia de ocho pesos cubanos entre la tasa publicada por el Banco Central de Cuba y la que se ofrecía en CADECA. Mientras la referencia oficial se situó en 408 pesos cubanos, el precio de venta en ventanilla alcanzó los 416.

La distancia entre ambas cifras no pasó inadvertida. Para muchos usuarios, el anuncio diario pierde sentido si no es el valor real al que se puede comprar o vender la moneda.

La explicación oficial desde el Banco Central

La diferencia fue abordada en televisión por Iann Pedro Carbonell Karel, director de Políticas Macroeconómicas del Banco Central, durante una conversación con el vocero oficialista Lázaro Manuel Alonso.

Según explicó el funcionario, el Banco Central actúa como rector de la política cambiaria y publica una tasa de referencia. A partir de esa cifra, cada institución financiera forma sus precios finales de compra y venta.

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Esos valores incluyen un margen comercial que, de acuerdo con Carbonell, responde a prácticas habituales en otros países.

Por qué se aplican márgenes comerciales

El directivo justificó que los márgenes sirven para cubrir costos operativos, riesgos asociados a la volatilidad del tipo de cambio y gastos vinculados al manejo y traslado de efectivo.

En un esquema donde la tasa puede variar a diario, las instituciones buscan protegerse ante cambios bruscos. Por eso, el cliente no ve exactamente la misma cifra que publica el Banco Central.

En otras palabras, la tasa oficial marca el rumbo, pero no determina el precio final.

Un mercado que fluctúa, pero bajo control

Carbonell también explicó que el llamado segmento tres, el que afecta directamente a personas naturales y al sector privado, opera bajo un régimen de flotación administrada.

La tasa puede subir o bajar según la relación entre oferta y demanda, y los valores se actualizan a diario en las tablillas de bancos y CADECA.

Si hay más divisas en circulación, el precio tiende a bajar. Si la demanda supera la oferta, la tasa sube.

La crítica ciudadana y el cuestionamiento económico

En redes sociales, muchos usuarios resumen su inconformidad con una idea simple: la tasa que anuncia el Banco Central no es la que se usa en la práctica.

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Esa percepción ha sido respaldada por economistas críticos del modelo. Mauricio de Miranda Parrondo ha señalado que no puede hablarse de un mercado verdaderamente flotante cuando el Estado controla cuánto se vende, a quién y a qué precio.

En economías con mercados cambiarios abiertos, los bancos fijan libremente sus tasas y el banco central publica promedios. En Cuba, el proceso sigue el camino inverso, lo que mantiene la brecha entre la cifra oficial y la que finalmente enfrenta el ciudadano.

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