El huracán Melissa ha dejado una devastación sin precedentes en Jamaica, donde las autoridades y organismos internacionales lo describen como el ciclón más poderoso que ha azotado la isla en 174 años de registros meteorológicos y uno de los más intensos jamás documentados en el Atlántico.
El fenómeno tocó tierra como un huracán de categoría 5, con vientos sostenidos de 185 millas por hora (295 km/h), arrasando infraestructuras, viviendas y provocando una crisis humanitaria de gran magnitud.
Según reportes del Gobierno de Jamaica y de agencias internacionales, los daños se extienden por todo el país, con deslizamientos de tierra, árboles caídos y cortes eléctricos generalizados. La Organización Meteorológica Mundial (OMM) advirtió que “puede esperarse un daño catastrófico en toda la isla”, mientras que funcionarios locales reconocieron que “no existe infraestructura capaz de resistir un huracán de categoría 5”.
Más de 1,5 millones de personas han sido afectadas directamente, y la Federación Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja alertó sobre un “impacto masivo” en viviendas, medios de vida y servicios públicos esenciales. El Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (NHC) informó que Melissa descargó entre 15 y 30 pulgadas de lluvia (hasta 40 en algunas regiones), lo que provocó inundaciones repentinas catastróficas y numerosos derrumbes en zonas montañosas.
La situación de la infraestructura es crítica en Jamaica
La situación de la infraestructura es crítica. Se reportan graves daños en hospitales, mientras un oleaje de hasta 13 pies (casi 4 metros) inundó áreas costeras y obligó al personal médico a trasladar pacientes a pisos superiores. El ministro de Salud, Christopher Tufton, confirmó que “las condiciones eran peligrosas incluso dentro de los centros hospitalarios”.
A pesar de las órdenes de evacuación, la mayoría de las familias permaneció en sus hogares, enfrentando el terror del paso de Melissa. Las autoridades trabajan ahora en la distribución de más de 50 generadores eléctricos y exhortan a la población a racionar el agua potable, debido a las interrupciones en los servicios básicos.
Hasta el momento, al menos tres personas han muerto en Jamaica, y se reportan víctimas y desaparecidos también en Haití y República Dominicana. El gobierno jamaicano declaró zona de desastre nacional antes del impacto del huracán y ha solicitado asistencia humanitaria internacional urgente para atender las necesidades inmediatas.



