En Cuba, la implementación de un sistema digital para organizar la compra de gas licuado contrasta con la persistente escasez del producto.

Desde el pasado 28 de junio, los residentes de Sancti Spíritus que dependen del gas licuado comenzaron a utilizar el sistema digital MiTurno, una herramienta integrada en la aplicación Transfermóvil, concebida para organizar de forma virtual las colas en los puntos de venta. El objetivo: agilizar la compra del GLP y reducir el desorden en las colas físicas. Pero mientras se multiplican las opciones para anotarse, la escasez del producto sigue siendo el principal obstáculo.

El mecanismo permite a cualquier usuario con un teléfono móvil —incluso con conexión 2G— reservar su turno y el de hasta dos personas más. Además, el sistema notifica al cliente con 24 horas de antelación la fecha para adquirir el gas. Si no puede asistir, se le da la opción de cancelar o reprogramar, siempre que lo haga con al menos 48 horas de anticipación.

No obstante, este cambio aún no se aplica por completo: los listados físicos en los 10 puntos de venta del municipio cabecera deben agotarse antes de que MiTurno opere plenamente, señala un reporte del periódico local Escambray. Las autoridades locales aseguran que se dará atención diferenciada a quienes no posean un teléfono inteligente o no puedan hacer la reserva digital por otras razones, incluidas situaciones sociales vulnerables.

Hasta 25 mil pesos cubanos puede llegar a costar una balita de gas

Pero más allá de esta medida, lo que preocupa realmente a los consumidores cubanos es la falta crónica del gas licuado. Varios residentes consultados señalaron que, si bien hay más opciones para reservar turnos, “lo que no hay es gas”. Según una opinión recogida en redes sociales, “no importa cuántos turnos abran si el producto no aparece”. Otro usuario lamentó: “Están complicando aún más algo que ya era difícil. Con apagones y sin conectividad, este sistema es impracticable para muchos”.

Otros testimonios recogidos por Directorio Cubano reflejan una situación más crítica: personas que están utilizando su último cilindro de gas sin saber cuándo podrán reponerlo. En algunos casos, se han reportado ventas clandestinas con precios que superan los 25 000 pesos cubanos por un simple relleno, cifra impagable para gran parte de la población.

En medio de esta incertidumbre, la implementación de MiTurno, aunque útil en teoría, no resuelve el verdadero problema: la nula disponibilidad del GLP en Cuba.