Informa la prensa provincial en Cuba que se ha reactivado la línea de producción de ollas arroceras eléctricas y multipropósito. 

Según reporte del periódico Vanguardia, gracias al “arribo de dispositivos de ensamblaje” de estos productos, procedentes de China, la Unidad Empresarial de Base (UEB) ProHogar, de la Industria Nacional Productora de Utensilios Domésticos (Inpud) Primero de Mayo, ha podido “reactivar la producción de los demandados artículos”.  

El director de esa entidad, Ramón Cabello Ventura, declaró al medio “que con la llegada de la materia prima en febrero tienen previsto producir unas 16 000 unidades de ambos equipos”. 

Asimismo, detalló que “tanto las agarraderas de la olla arrocera, como el asa y las patas, son producidas a través en cooperación con la UEB CentroPlast de la propia industria, lo que evita su importación y ahorra el dinero invertido en su compra en el exterior”.

De acuerdo a la información ofrecida, “tanto las ollas arroceras eléctricas como las multipropósito, se comercializan en las tiendas en MLC y el mercado online”. 

Recordemos que desde https://www.envioscuba.ca/es/ es posible encontrar varias tiendas de electrodomésticos en todas las provincias de Cuba. 

Este sitio comercializa esos productos de tiendas cubanas en dólares. 

El objetivo de Inpud según el trabajo periodístico es “obtener financiamiento para la compra de más materias primas con ese fin, y generar ganancias que se revierten en mejoras para la industria y los trabajadores.

No son pocas las publicaciones de personas que comercializan este tipo de ollas, algunas por el precio de 6500 pesos cubanos. 

Su directivo aseguró que una vez “concluya la ejecución de estos lotes, y arriben otros envíos de partes y piezas por los que aguardan, entonces la fuerza obrera, integrada por 115 trabajadores, se dedicará a otras producciones alternativas”. 

Estas producciones se centrarían en “asadores y soportes metálicos para televisores de pantalla plana, con destino al mercado industrial en moneda nacional, así como cocinas tradicionales y otras que emplean el biogás como combustible”.

“Confeccionadas a partir de materiales de rechazo y productos ociosos”, las producciones mantienen activos a los trabajadores, garantizan el pago de salarios y evitan el éxodo de la fuerza obrera calificada hacia otros sectores, añadió.