La promesa era ordenar la venta del gas licuado con MiTurno en Transfermóvil. La realidad, sin embargo, huele a humo. En la calle manda la incertidumbre: reglas que cambian, turnos que se caen y silencios oficiales que calientan más que la hornilla.
La promesa era ordenar la venta del gas licuado con MiTurno en Transfermóvil. La realidad, sin embargo, huele a humo. En la calle manda la incertidumbre: reglas que cambian, turnos que se caen y silencios oficiales que calientan más que la hornilla.