Donald Trump afirmó que la mayoría de los ciudadanos estadounidenses recibirá un pago directo de 2.000 dólares financiado con los ingresos por aranceles. La promesa, lanzada en un mensaje cargado de triunfalismo económico, excluye a quienes tienen ingresos más altos y llega en pleno clima de tensión política, cierre del Gobierno y revisión judicial de su política comercial.