Estados Unidos cancela ceremonias de ciudadanía y miles de cubanos quedan atrapados sin respuesta.
La incertidumbre vuelve a golpear a quienes estaban a punto de cerrar trámites migratorios en Estados Unidos. Muchos habían esperado durante meses la aprobación final, pero recibieron avisos inesperados que cambiaron por completo sus planes.
Entre los afectados hay solicitantes de distintas ciudades, incluidos cubanos que ya habían cumplido con exámenes y entrevistas previas. La falta de claridad sobre cuándo retomarán los procesos ha generado temor entre familias que dependían de esa confirmación para estabilizar su vida en el país.
Una ceremonia cancelada a tres horas del juramento
Anyi Cabrales, una joven cubana radicada en Miami, esperaba sellar su naturalización. Había completado cada paso y solo quedaba presentarse al juramento. La notificación llegó tres horas antes del acto y no ofrecía una nueva fecha. “Es tremendo vivir así, con miedo”, declaró después en una entrevista con Noticias Telemundo.
La suspensión ocurrió justo tras la entrada en vigor de la nueva política migratoria anunciada por la Administración de Trump. Esta medida detuvo todas las solicitudes asociadas a 19 países incluidos en una lista de prohibición total o parcial de viajes. Cuba se encuentra entre ellos, lo que paraliza trámites de residencia y ciudadanía incluso para quienes ya estaban aprobados de manera preliminar.
El Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos difundió una guía interna que ordena una revisión más profunda de los expedientes procedentes de esos países catalogados como de riesgo. El parón ha sido inmediato y generalizado.
Ceremonias suspendidas en todo el país
Medios nacionales como ABC News reportaron múltiples casos de solicitantes que han visto cancelados sus actos de naturalización sin explicación adicional. Se trata del momento final del proceso, en el que los aspirantes realizan el Juramento de Lealtad y reciben el Certificado de Naturalización.
La interrupción dejó a decenas de miles de inmigrantes a la espera y sin información concreta. Para muchos cubanos, el golpe llega en un momento de especial vulnerabilidad, con familias dividas, plazos vencidos y proyectos de vida que dependen de ese estatus legal.
El caso de Lázara Campo, un ejemplo extremo
La situación también alcanza a quienes mantienen procesos abiertos por otras vías. La holguinera Lázara Yelene Campo Cabrera, de 29 años, fue detenida en Houston durante una cita rutinaria con el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas. A pesar de no tener antecedentes y de presentar documentos médicos que demostraban la condición crítica de su hija, la agencia decidió arrestarla.
La pequeña Antonella, nacida en Estados Unidos, tiene una enfermedad genética que requiere respiración asistida y cuidados continuos. La separación de su madre coloca a la niña en una situación aún más frágil.
Lázara había llegado a Estados Unidos en 2021 y vivía bajo un I 220A. Ahora enfrenta la posibilidad de deportación, lo que la obliga a contemplar un dilema traumático: dejar a su hija en el país para seguir recibiendo tratamiento o llevarla a Cuba, donde no existen los recursos médicos necesarios para sostener su vida.
Comunidades completas bajo tensión
Organizaciones de apoyo a migrantes informan de un fuerte aumento en consultas legales y reportes de cancelaciones de última hora. Muchos residentes cubanos temen viajar, renovar permisos o presentarse a citas programadas, ante el riesgo de quedar detenidos o ver sus trámites suspendidos.
El alcance de la normativa aún no está del todo claro, pero su impacto ya se siente en barrios enteros de Florida y otros estados donde se concentra la comunidad cubana. Las historias se repiten: esperas prolongadas, avisos repentinos, miedo a perder empleos y preocupación por el futuro inmediato.

ESO ES ABUSO PERSONAL DE UN GOBERNANTE TAMBIÉN MIGRANTE, Y CON TODOS LOS DEFECTOS MAS ASQUEROSOS DEL MUNDO