¿Cómo conseguir comida en Estados Unidos ante las suspensiones del SNAP?

Miles de familias en Estados Unidos enfrentan la falta de alimentos por el cierre del Gobierno.

El cierre prolongado del Gobierno federal está dejando a millones de personas en Estados Unidos sin acceso a la asistencia alimentaria que reciben a través del Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP).

Mientras las negociaciones políticas se mantienen estancadas, miles de familias comienzan a sentir los efectos más duros de la suspensión de estos fondos.

Crece la inseguridad alimentaria en todo el país

En numerosos estados, los beneficiarios del SNAP aún no han recibido la ayuda correspondiente a noviembre.

Para muchos hogares de bajos ingresos, esa transferencia mensual representa la diferencia entre comer o no hacerlo.

Las despensas comunitarias y los bancos de alimentos se encuentran desbordados ante el aumento repentino de la demanda.

Organizaciones locales reportan largas filas desde las primeras horas de la mañana.

En algunos puntos, los voluntarios deben limitar la cantidad de productos por familia para poder atender a todos.

La inflación, además, ha encarecido los alimentos básicos, lo que agrava la situación.

Negocios y vecinos se movilizan

Pequeños comercios, restaurantes y asociaciones barriales están comenzando a ofrecer apoyo directo.

Algunos locales de comida han decidido entregar menús a precio reducido o sin costo para las familias más afectadas.

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En varias comunidades se organizan colectas de víveres y campañas en línea para reunir fondos destinados a bancos de alimentos locales.

En redes sociales, grupos vecinales coordinan la entrega de productos no perecederos y artículos de primera necesidad.

También se han formado redes de “compras compartidas”, donde personas con recursos compran alimentos para quienes no pueden costearlos.

Los bancos de alimentos al límite

Las organizaciones benéficas enfrentan un desafío sin precedentes. Muchas reportan un incremento de hasta un 40 % en la demanda de ayuda. Los suministros, sin embargo, no crecen al mismo ritmo.

Las donaciones económicas se han vuelto esenciales, ya que permiten comprar alimentos al por mayor y cubrir las necesidades de más familias.

La escasez no solo afecta a los productos alimenticios. También se necesitan artículos básicos como pañales, productos de higiene y artículos de limpieza, que suelen quedar fuera del presupuesto de las familias con ingresos ajustados.

Un llamado a la acción

Diversos grupos comunitarios y líderes locales piden a la ciudadanía mantenerse solidaria.

Donar dinero, alimentos o tiempo de voluntariado puede aliviar, aunque sea temporalmente, la presión sobre las familias que dependen del SNAP.

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A la vez, crece el reclamo para que el Congreso y la Casa Blanca alcancen un acuerdo que permita reanudar la financiación de los programas sociales.

Si la parálisis continúa, advierten los expertos, la crisis alimentaria podría extenderse rápidamente a más regiones del país.

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