La aprobación del nuevo sistema de gestión de divisas dejó a muchos cubanos pensando en lo mismo: qué ocurrirá con el dólar y el euro en la calle.
El mercado informal sigue marcando la vida diaria, y cualquier cambio en su comportamiento afecta salarios, negocios y remesas.
El Gobierno afirma que el peso cubano continúa como moneda oficial. Sin embargo, las nuevas normas reconocen un papel más amplio para las divisas dentro del país, lo que altera la dinámica entre oferta y demanda.
¿Por qué el Estado absorberá más divisas que antes?
El Decreto-Ley 113 crea mecanismos para que el Estado capture parte de toda la moneda dura generada por actores autorizados. Una porción debe entregarse y convertirse a pesos cubanos a la tasa oficial.
Ese proceso disminuye la divisa disponible fuera del sistema bancario, justo donde opera el mercado informal. Menos oferta suele traducirse en precios más altos.
¿Por qué aumentará la demanda de dólares y euros?
El Banco Central podrá autorizar pagos internos en billetes extranjeros en sectores específicos. Eso no significa que cualquier tienda cobrará en dólares, pero sí que más operaciones de alto valor se moverán en moneda dura.
Cuando más actividades económicas requieren divisas, más personas buscan comprarlas.
¿Qué ocurre cuando la oferta cae y la demanda sube?
El mercado informal funciona por equilibrio simple. Si menos dólares llegan y más personas los necesitan, el precio tiende a subir. No es una regla absoluta, pero sí la tendencia habitual en Cuba.
Por eso el decreto, aun sin fijar precios, influye directamente en el valor de la divisa en la calle.
¿Existe algún escenario donde el dólar pueda bajar?
Para que el precio del dólar disminuya, el Estado tendría que captar grandes volúmenes de divisa y vender una parte al mercado oficial con una tasa competitiva.
Hoy no existe un anuncio en esa dirección. La brecha entre la tasa estatal y la real sigue sin resolver, y esa diferencia alimenta el mercado informal.
¿Qué puede esperar la población en los próximos meses?
El nuevo sistema legitima una dolarización parcial ya existente. La divisa gana peso legal y operativo dentro de la economía, mientras el acceso continúa limitado.
Con más demanda, poca oferta libre y un peso cubano debilitado, la tendencia natural es que dólar y euro mantengan una presión alcista.
Para la mayoría de los cubanos, el mercado informal seguirá marcando la pauta. El decreto reorganiza flujos oficiales, pero no elimina las tensiones que empujan al alza las divisas.
