Se reportan ataques con misiles en el en 10 regiones ucranianas, sobre todo sureste del país.

Desde las primeras horas de este jueves Rusia ha iniciado su incursión armada sobre territorio ucraniano, luego que el presidente ruso, Vladímir Putin, diera a conocer en un breve discurso que llevaría a cabo una «operación militar especial».

«Las repúblicas populares de Donbass se acercaron a Rusia con una solicitud de ayuda. En relación con esto (…) tomé la decisión de realizar una operación militar especial. Su objetivo es proteger a las personas que son objeto de abusos, genocidio del régimen de Kiev durante ocho años, y para ello buscaremos desmilitarizar y desnazificar Ucrania y llevar ante la justicia a quienes cometieron numerosos crímenes sangrientos contra personas pacíficas, incluidos nacionales rusos», dijo Putin, a la vez que recordó que los planes de incluir a Ucrania en la OTAN eran inaceptables.

Minutos después se comenzó a sentir fuego de artillería, con el uso de misiles balísticos contra objetivos en Kiev, y otras ciudades, como Odesa y Kharkiv. Dichos ataques fueron el preludio de una incursión por tierra llevada a cabo desde la frontera con Bielorrusia, y la península de Crimea.

El Ministerio de Exteriores ucraniano ha declarado en un comunicado: «Esto es un acto de guerra, un ataque a la soberanía e integridad territorial de Ucrania (…) Ucrania ha activado su derecho a la defensa propia de acuerdo con la ley internacional».

El presidente ucraniano, por su parte, ha ofrecido armas a todos aquellos ciudadanos que estén dispuestos a participar en la defensa del país.

Impacto en Europa

La capital ucraniana amaneció con el sonido de las sirenas, mientras que miles de ciudadanos buscan abandonar el país por vía terrestre, pues ha sido cerrado el espacio aéreo. Otros buscan refugiarse en búnkeres subterráneos.

Lo cierto es que Europa está asistiendo a su mayor conflicto armado desde el final de la Segunda Guerra Mundial, y el cual podría tener consecuencias aún desconocidas para el viejo continente.

De momento, los mercados financieros viven notables caídas, mientras que el precio del gas se ha disparado hasta un 41% por los temores a una falta de suministro de petróleo.