Cuba vuelve a estar conectada de este a oeste vía ferrocarril, luego de que se restituyera la circulación por la Línea Central, que debió ser suspendida producto del descarrilamiento de un tren, la pasada semana.

No obstante, el servicio ferroviario cubano no ha vuelto a la normalidad, pues el paso por la Línea Central es permitido, pero con limitaciones, según informó el diario Granma.

La principal vía férrea de Cuba resultó dañada en su kilómetro 357, en el tramo de Caja de Agua, un poblado situado entre Guayos y Zaza del Medio, provincia de Sancti Spíritus.

El descarrilamiento del tren extra de carga 909, con locomotora 312-010, procedente de la Terminal Marítima de Cienfuegos y con destino a la provincia de Ciego de Ávila, provocó daños en alrededor de 120 metros de línea férrea, según declaró a la prensa Luis García Pérez, director de Operaciones de la Empresa Ferrocarriles Centro.

También resultaron dañados 12 vagones: tres de ellos cargados de combustible y nueve que circulaban vacíos para ser llenados de azúcar en un central de la zona.

El descarrilamiento y la interrupción de la circulación ferroviaria constituyeron perjuicios graves para un país que vive una verdadera crisis de combustible y transporte desde finales de 2019.

Afortunadamente, no se reportaron muertos o heridos producto del accidente.

Más de mil 400 viajeros (de los trenes Santiago de Cuba-La Habana y La Habana-Holguín) quedaron varados en la zona, lo que obligó a realizar una operación de trasbordo hasta las estaciones de Siguaney y de Guayos.

El periódico provincial Escambray, de Sancti Spíritus, calificó la operación de “compleja y coordinada”, teniendo en cuenta que debieron emplearse 24 autobuses de la Empresa de Ómnibus Nacionales, y debieron intervenir otras entidades del territorio espirituano.

Hasta el momento se desconocen las causas del descarrilamiento del tren, pero una comisión de peritos y expertos del Ministerio del Transporte investiga el accidente.