A pesar de las nuevas medidas gubernamentales poco ha cambiado para la venta de divisas, dólares, euros, etc en el mercado informal o “mercado negro” en Cuba. Tanto el dólar, como el euro, así como la Moneda Libremente Convertible (MLC) marchan de la siguiente manera.

Esta semana, el gobierno de la isla anunció que además de la compra de divisas implantada a una tasa de 120 pesos cubanos por un dólar, que en realidad se queda en poco más de 110 pesos, se establecería una venta, siempre limitada, a la población cubana. Por el momento, solo en las llamadas CADECA y hasta 100 dólares por persona y en dependencia de lo que se haya recaudado el día anterior en cada sucursal.

Según varios grupos de compra y venta de divisas en redes sociales en Cuba, el precio del dólar, euro y MLC sigue inalterable a pesar de las medidas establecidas por el gobierno, que de cierta manera, buscan recuperar para sí el mercado cambiario cubano. Algo de lo que ahora mismo están muy lejos.

Sigue a 140 pesos cubanos la compra de dólares, euros y MLC en el mercado negro de la isla. La medida de venta de divisas alcanza para pocos, con las tremendas limitaciones que todavía arrastra. Algunas personas han comentado que en algunas oficinas de CADECA a veces sacan a vender apenas 80 dólares al día. Con esos “truenos” la población sigue obligada a ir a la calle.

DÓLAR, EURO Y MLC EN CUBA 

El euro de la zona Schengen se vende a 140 pesos y se compra a 138 pesos cubanos. El dólar americano se vende a 140 igual y se compra a 136. Mientras el MLC se compra y se vende al mismo costo, 140 pesos cubanos.

En cuanto a los mercados internacionales, el euro sigue por debajo de la paridad con el dólar, cayendo a su nivel más bajo en dos décadas y poniendo fin a un tipo de cambio uno a uno con la moneda estadounidense. El euro se valoró por última vez por debajo de un dólar americano, el 15 de julio de 2002.

Más que nada, los altos precios de la energía y la inflación récord son los culpables. Europa depende mucho más del petróleo y el gas natural rusos que Estados Unidos, para mantener la industria en funcionamiento y generar electricidad.