A través de la Gaceta Oficial el Gobierno de Cuba crea la ACAD: el nuevo mecanismo que redefine el acceso a divisas en el país, como el dólar y el euro. Cuba introdujo un cambio mayor en su sistema financiero con el nacimiento de la Asignación de Capacidad de Acceso a la Divisa (ACAD), un mecanismo que reorganiza totalmente la manera en que entidades estatales y no estatales pueden adquirir divisas en la isla.
Esta herramienta, establecida dentro del nuevo marco legal económico, busca ordenar, transparentar y centralizar el acceso a monedas fuertes en un contexto donde la demanda de divisas supera con creces la disponibilidad oficial.
La ACAD permitirá a las entidades comprar divisas directamente a la Caja Central utilizando pesos cubanos (CUP) al tipo de cambio oficial, lo que introduce un canal formalizado para obtener moneda extranjera sin depender de mercados paralelos o autorizaciones fragmentadas.
Este movimiento representa un intento de estabilizar los flujos de divisas y garantizar que sectores estratégicos puedan operar sin interrupciones.
Entre sus rasgos esenciales, la ACAD se define por ser intransferible, lo que significa que una entidad no puede traspasar su capacidad de acceso a otra.
Además, debe estar respaldada al 100 %, lo que asegura que solo se autorice cuando exista liquidez real para sostenerla.
Otro elemento clave es su vencimiento, pues si la ACAD no se utiliza dentro del plazo otorgado, se cancela automáticamente, obligando a las entidades a planificar con precisión sus necesidades de divisas.
Las funciones de la ACAD también son amplias: puede utilizarse para pagos en el exterior, para compras en divisas dentro del país y para otras operaciones específicas autorizadas por el Ministerio de Economía y Planificación o por el Banco Central.
Esto convierte al mecanismo en un puente centralizado entre la planificación económica y las necesidades operativas de empresas, MIPYMES y otras entidades.
En la práctica, la ACAD sustituye e integra los múltiples esquemas de asignación de liquidez utilizados en años anteriores, como los sistemas de prioridades sectoriales o las asignaciones excepcionales.
Con ello, el Estado apuesta por una arquitectura más coherente, regulada y centralizada para administrar las divisas disponibles, buscando evitar la dispersión normativa y mejorar la eficiencia del control financiero.
El nacimiento de la ACAD marca un antes y un después en la gestión de divisas en Cuba, creando una herramienta que puede reconfigurar el acceso al financiamiento externo y las operaciones internas en moneda extranjera, para que el Estado, poco a poco, pueda tener acceso a las divisas.
