Cuba recentraliza el control de las divisas: el MEP asume poder total sobre las operaciones en divisas, según Gaceta Oficial. Cuba dio un paso decisivo hacia la recentralización de su sistema económico al otorgar al Ministerio de Economía y Planificación (MEP) el control directo sobre todas las transacciones en divisas, según Gaceta Oficial de este 11 de diciembre.
Este cambio, incorporado dentro del nuevo marco regulatorio aprobado por el Gobierno, redefine quién decide, quién opera y cómo fluye la moneda extranjera en el país. Se trata de una de las transformaciones más profundas en la arquitectura institucional relacionada con la gestión de divisas desde la Tarea Ordenamiento.
Con la nueva norma, el MEP pasa a ser el organismo rector que autoriza qué actores económicos pueden operar en divisas, una atribución que antes estaba repartida entre el Banco Central, los ministerios sectoriales y otras entidades reguladoras.
A partir de ahora, ninguna empresa estatal, MIPYME, cooperativa ni proyecto podrá realizar operaciones en monedas extranjeras sin una autorización expresa del Ministerio.
Además, el MEP será el encargado de definir los procedimientos para esas operaciones. Esto incluye desde la metodología para solicitar acceso a divisas hasta los mecanismos de trazabilidad, liquidez y priorización. En la práctica, el Ministerio se convierte en el centro de control que decide quién accede a dólares, euros u otras divisas y bajo qué condiciones.
Otro elemento clave es que el MEP administrará las asignaciones centralizadas de divisas, lo que implica que la distribución de recursos en moneda extranjera pasará por una ventanilla única.
Con este modelo, el Estado busca un sistema más ordenado y jerárquico, capaz de responder a prioridades nacionales como la producción estratégica, las importaciones esenciales y la estabilidad macroeconómica.
La supervisión también se refuerza: el MEP deberá reportar trimestralmente al Consejo de Ministros, dando seguimiento al uso, destino y disponibilidad de las divisas asignadas. Esto introduce un nivel superior de control político y técnico sobre el flujo de moneda extranjera en el país.
Este rediseño institucional recentraliza decisiones que antes estaban distribuidas entre varios organismos, eliminando dispersión normativa y unificando criterios. El resultado es un modelo más centralizado, donde el Ministerio de Economía se convierte en el eje de la planificación y control de las divisas en Cuba, no así el Banco Central.
