Aunque parezca increíble por la escasez de productos y comida en Cuba, esta semana el gobierno de la isla pactó a través de su empresa Coratur un acuerdo de envíos de café, miel, mermeladas de frutas y cremas para la piel, a una zona empresarial piloto china, en la provincia de Hainan, según reportes oficiales.

El reporte de Prensa Latina indica que Coratur exportará mediante dos empresas chinas como Beijing North Star y la Farmacia Central de Boao, otros productos más allá del mencionado café o miel, también llevarán a China cremas cosméticas y suplementos nutricionales, tanto para la venta online como en tiendas físicas de ese país.

Esta firma se consiguió en el contexto de la tercera edición de la Feria Internacional de Bienes de Consumo de Hainan, donde Cuba expuso estos productos, además de los rones Havana Club, tabacos, cigarros cubanos, entre otros productos líderes de su cartera de exportación. Al menos 65 países estaban en esa feria comercial, de donde salen algunos contratos jugosos, como este que acaba de firmar la empresa cubana.

Usted pudiera preguntarse, ¿cómo existe café de primera, miel y hasta suplementos nutricionales para la exportación y no para el cubano de a pie? Pues es una pregunta que nos hacemos todos.

EXPORTACIONES CUBANAS PARA CHINA 

Cuba y China han mantenido relaciones comerciales desde hace décadas, siendo China el segundo socio comercial más importante de la isla después de Venezuela. A lo largo de los años, estos dos países han fortalecido su colaboración en áreas como la agricultura, la energía, la tecnología y el transporte, siendo vital para la isla esta cooperación. 

En 2019, por ejemplo, el comercio bilateral entre Cuba y China alcanzó los 2.7 mil millones de dólares, con un aumento del 4.7% en comparación con el año anterior. En el marco de esta cooperación, China ha proporcionado a Cuba préstamos y financiamiento para proyectos de desarrollo, incluyendo la modernización de la infraestructura portuaria y el suministro de equipos médicos y tecnología de la información. 

Sin embargo, las relaciones comerciales entre Cuba y China no están exentas de desafíos. La economía cubana sigue siendo una economía planificada y centralizada, lo que puede dificultar la inversión extranjera y la participación de empresas chinas en el mercado nacional.

 Además, la falta de transparencia en el sistema legal y regulatorio de Cuba, además de las deudas impagables, ha disuadido a los inversores chinos en algunas ocasiones.