La heladería habanera Coppelia busca nuevas opciones para mantener su atractivo en la capital cubana. En medio de este caluroso verano, ¿vale la pena ir a Coppelia? Anuncian cambios mientras aseguran desde el oficialismo que son la opción «más económica y de calidad».La icónica heladería Coppelia, con 59 años de servicio, continúa siendo un «símbolo de identidad para los habaneros y un termómetro social, especialmente en épocas de intenso calor, aunque las críticas llueven en los últimos años.

Ubicada en el corazón del Vedado, esta heladería estatal representa, según la oficialidad, una «alternativa económica frente a los altos precios de los negocios privados», atrayendo a multitudes que valoran su historia, «calidad y precios».

Desde su inauguración el 4 de junio de 1966, Coppelia ha sido parte del imaginario colectivo cubano. Desde entonces la llamada “Catedral del Helado” se convirtió rápidamente en punto de encuentro para generaciones de cubanos.

Actualmente, según la prensa capitalina hay «cambios», con la incorporación de nuevas opciones para revitalizar la experiencia del cliente, como actividades culturales en coordinación con la Federación Estudiantil Universitaria (FEU), que organiza peñas literarias en un día específico de la semana.

Esta iniciativa, aseguraron, ha sido bien recibida, especialmente por los estudiantes de la Universidad de La Habana y otras instituciones cercanas.

En febrero de este año, la emblemática heladería Coppelia, situada en el corazón del Vedado, La Habana, reabrió sus puertas con precios mucho más elevados de lo que se especulaba en redes sociales. Este incremento generó grandes críticas, pues el Coppelia es considerado un símbolo de la capital cubana y la accesibilidad.

El reto constante de mantener la calidad y la variedad en la oferta ha motivado a los trabajadores de Coppelia a redoblar esfuerzos. A pesar de las críticas, la heladería continúa siendo una atracción turística clave y una opción «barata» para los «cubanos de a pie» en medio de la inflación actual.