En medio del creciente temor que experimentan los motoristas cubanos al caer la noche, surgen preocupaciones cada vez mayores sobre la seguridad en las calles. La delincuencia, que ya ha cobrado la vida de varios conductores, ha llevado a algunos a reconsiderar la viabilidad de circular después de las 7:00 pm o en áreas solitarias.

Según relatos recogidos por el portal independiente CubaNet, conductores expresaron su angustia por los recientes asaltos violentos que han tenido lugar, con agresores que no dudan en recurrir a la violencia extrema para robar motocicletas.

«Ya tenemos miedo a salir de noche. No podemos ir a ningún lado, porque tenemos miedo a que en un semáforo nos quiten la moto. La cuestión no es que nos la quiten. El problema es que te quitan la moto y te caen a puñaladas, te meten un machetazo, y no son uno, son una pila», declaró uno de los conductores entrevistados.

La fácil venta de motos en el mercado negro, impulsada por la falta de registros, ha agravado la situación. Algunos conductores señalan la diferencia con los automóviles, que generalmente cuentan con documentos. La carencia de papeles y placas en las motocicletas eléctricas facilita su desmontaje y venta clandestina.

Más vulnerables

«Los carros casi todos tienen papeles, las motos eléctricas casi no tienen papeles, casi ninguna tiene chapa, pueden desarmarla y venderla con facilidad. El troquelado de la moto donde esté el registro, eso se retira fácilmente y puedes ponerle otro troquel», describió otro conductor.

Ante esta creciente problemática, los motoristas han instado a las autoridades policiales a tomar medidas para garantizar la seguridad en las calles y perseguir a los delincuentes. Sin embargo, algunos expresaron su desconfianza en la eficacia de la policía y señalaron la necesidad de abordar también el problema de las drogas.

«La fuerza del orden se ve cuando afecta a una institución en particular, si no la afecta, no pasa nada, y eso es lo que estamos sufriendo ahora. Como único de ven la acción es si afecta una institución del Estado», recalcó uno de los conductores.

En un llamado a la solidaridad, los motoristas cubanos han instado a unirse frente al imparable aumento de los asaltos. Aunque algunos han sugerido la formación de grupos para hacer frente por cuenta propia a la delincuencia, otros desconfían de la efectividad de la policía y abogan por acciones colectivas.

En eventos recientes, se reportó el trágico asesinato de un hombre de 51 años en La Habana, Walter Mulgado, padre y abuelo, a manos de criminales que buscaban robarle su motocicleta. Otros incidentes, como el asalto a una mujer en San José de las Lajas, han dejado claro que la inseguridad afecta a diversos puntos del país, generando una creciente preocupación entre la comunidad de motoristas.