El pasado año 2022 el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, autorizó alrededor de $7 600 millones en exportaciones a Cuba.

Un año antes la cifra rondó los $4 200 millones bajo el mismo concepto. La embajada del país norteño confirmó que esas operaciones tienen un carácter humanitario, el objetivo es ayudar directamente al pueblo de la Isla.

Si desglosamos los recientes informes emitidos por la Casa Blanca apreciamos que las compañías de Estados Unidos exportaron productos avícolas por un valor de $295 millones. En este listado se incluyen alimentos variados, siempre con el fin de que llegaran cuanto antes a las mesas de los cubanos. 

Durante nueve meses de 2022, Estados Unidos exportó $227 millones en productos agrícolas en total. En el caso de las ventas de pollo a Cuba, la suma ascendió a $210 millones. 

Para tratar el tema de las exportaciones, varios diplomáticos estadounidenses han viajado a la Isla, de paso establecen convenios y pactan entregas. Desde la Casa Blanca y otros sectores de la sociedad se insiste en que al arribar al país los alimentos, el gobierno le impone un costo superior. Sin embargo, desde las altas esferas estatales no se ha explicado con claridad qué pautas de precios le colocan a las importaciones. 

¿Exenciones y sanciones por el “embargo”?

Autoridades de Estados Unidos coinciden en que las exportaciones ayudan al pueblo de la Isla. Según los límites del “embargo” las compañías americanas pueden hacer uso de exenciones y autorizaciones que apoyan ciertos servicios de Internet y telecomunicaciones.

Como se sabe, las empresas estadounidenses pueden enviar ciertas mercancías a Cuba. Desde el año 1992, Estados Unidos autorizó la exportación de millones de dólares en productos agrícolas, medicinas, equipos médicos y bienes humanitarios.

En tanto, los individuos y las organizaciones pueden enviar a Cuba alimentos, medicinas y bienes humanitarios sin restricciones. En el caso de las sanciones se rigen por varios estatutos y reglamentos del propio Estados Unidos.