Colas y más colas, es un panorama recurrente en la Cuba actual, sobre todo si se trata de comprar un boleto de avión a Nicaragua. Cada madrugada varios habaneros pernoctan en las afueras de un centro comercial para ser los primeros en adquirir un pasaje al día siguiente.

Aunque las cifras de cubanos que emigran hacia Nicaragua para luego seguir rumbo a Estados Unidos han descendido drásticamente, aún se mantiene el llamado éxodo silencioso. De ahí, que las famosas e incómodas colas, todavía, sea necesario hacerlas desde la noche antes para poder “clasificar” con un billete de avión rumbo tierras nicas. 

Entre la cola se puede ver, de forma evidente, quien duerme fuera de las oficinas para comprar su propio pasaje. También se distingue quien pasa la madrugada en esas condiciones para vender la cola al amanecer. Los llamados “coleros” están en todas partes del país, no solo en las calles de La Habana. Su negocio les permite vivir de forma aceptable, se pudiera decir, porque un turno en una cola para comprar pasaje lo venden a $3 000.00 CUP. 

Clientes de a pie no pueden pagar la cola

Por razones financieras obvias, los clientes y futuros pasajeros con bajos recursos no pueden permitirse pagar la cola a ese astronómico precio. Mucho menos pueden darse ese lujo los que llegaron a La Habana tras varias horas o días de travesía desde otras provincias del país. 

Un internauta comentó en Facebook que fue varias veces a esas oficinas y nunca pudo comprar pasaje porque los turnos los tenían los negociantes. “Ellos se las saben todas; es triste ver el rumbo que cogió este país y el que lleva”.

En medio de este panorama en Cuba muchas personas son estafadas por agencias de viaje fantasmas. Hace pocos días, un grupo de interesados en viajar a República Dominicana nunca concretó su viaje porque los boletos comprados eran falsos. Lo más lamentable es que el culpable de semejante delito ya no estaba en el país cuando las víctimas realizaron la denuncia.