En California, más de medio millón de residentes se benefician de los programas de asistencia por discapacidad, según datos de la Administración del Seguro Social.

Si eres residente de este estado y por algún motivo estás incapacitado para trabajar debido a una enfermedad o lesión, podrías calificar para recibir ayuda financiera y cobertura médica.

California destaca entre los pocos estados que cuentan con un programa de Seguro Estatal de Discapacidad (SDI), el cual proporciona beneficios de salario parcial a corto plazo a personas discapacitadas.

Para aquellos que necesiten apoyo a largo plazo, existen beneficios federales disponibles a través del Seguro de Incapacidad del Seguro Social (SSDI) y del Ingreso de Seguridad Suplementario (SSI).

El monto de los beneficios varía según el programa y depende de diversos factores, como el historial laboral, los ingresos y la gravedad de la condición médica del solicitante. Para el SDI, la cantidad mínima semanal es de $50, mientras que el SSDI puede ofrecer hasta $3,822 mensuales.

¿Cuál es el pago mínimo del SSDI?

El monto más bajo que se puede recibir a través del programa de Seguro Estatal de Discapacidad de California es de $50 por semana. Este monto se determina en base a los ingresos sujetos al impuesto SDI dentro de un «período base» de 5 a 18 meses antes del inicio de la incapacidad.

¿De cuánto son los pagos?

Si tus ingresos trimestrales son menores a $929, recibirás la cantidad mínima de $50. Para ingresos entre $929 y $7,154.32, los beneficios serán aproximadamente el 70% de tus ingresos, y para ingresos superiores a $7,154.32, el porcentaje se ajusta al 60%.

Es raro que se reciban simultáneamente beneficios estatales y federales. El programa SDI de California ofrece cobertura por hasta 52 semanas.

Si la incapacidad se prolonga por más de un año, es recomendable solicitar SSDI o SSI. Dado que la aprobación de los programas federales puede demorar hasta dos años, es inusual que ambos beneficios se superpongan.

Para ser elegible al SDI de California, debes estar incapacitado para trabajar durante al menos ocho días debido a una enfermedad o lesión no relacionada con el trabajo y recibir tratamiento médico de un profesional autorizado.

Por su parte, el SSDI requiere una condición médica que impida trabajar por más de un año y un historial laboral adecuado, mientras que el SSI está dirigido a personas con ingresos limitados y poca o ninguna experiencia laboral.