El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sugirió nuevamente la posibilidad de un tercer mandato, afirmando que «no está 100% seguro» de que la Constitución lo prohíba.

Aunque la 22ª Enmienda limita a los presidentes a dos mandatos, Trump ha mencionado este tema en varias ocasiones, generando reacciones entre sus seguidores y críticos.

En un discurso reciente ante congresistas republicanos en Miami, Trump comentó:
“He recaudado mucho dinero para la próxima campaña que supongo que no puedo usar para mí, pero no estoy 100% seguro. Creo que no se me permite volver a presentarme”.

Dirigiéndose al líder republicano de la Cámara, Mike Johnson, bromeó: “¿Mike, puedo volver a postularme? Mejor no te involucro en esto”.

Contexto histórico y constitucional

Trump, quien asumió su segundo mandato hace una semana tras convertirse en el segundo presidente en la historia del país en cumplir dos mandatos no consecutivos, enfrenta un límite claro impuesto por la Constitución.

La 22ª Enmienda, ratificada en 1951, fue una respuesta a los cuatro mandatos consecutivos de Franklin D. Roosevelt entre 1933 y 1945.

Sin embargo, un congresista republicano presentó recientemente una propuesta para modificar la Constitución y permitir que Trump pueda postularse para un tercer mandato.

Aunque este tipo de enmiendas enfrentan un proceso largo y complejo, la resolución refleja el apoyo que Trump sigue teniendo entre algunos sectores del Partido Republicano.

Declaraciones polémicas y reacciones

En un tono provocador, Trump afirmó:

“Será el mayor honor de mi vida servir no una, sino dos veces, o tres o cuatro veces”, lo que provocó vítores entre su audiencia. En noviembre, poco después de su victoria electoral, también dejó entrever la idea al decir:

“Sospecho que no volveré a presentarme a menos que digan: ‘Es bueno, tenemos que pensar en otra cosa’”.

Mientras tanto, estas declaraciones han alimentado debates en torno a la posibilidad real de cambiar las reglas actuales y las implicaciones políticas que tendría un tercer mandato en la presidencia.

Aunque sus comentarios suelen ser interpretados como bromas o estrategias para captar atención, subrayan la capacidad de Trump para mantener la conversación pública centrada en su figura, tanto entre sus partidarios como entre sus críticos.