La Agencia Espacial rusa Roscosmos pudiera abandonar en el espacio a Mark Vande Hei, astronauta estadounidense que está en la Estación Espacial Internacional (EEI). Allí fue enviado por la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA, por sus siglas en inglés) para realizar trabajos en diferentes equipamientos.

Como  trasfondo de todo, la invasión rusa a Ucrania y las amplias y duras sanciones económicas de Estados Unidos al gobierno de Vladimir Putin. Luego de estar 355 días en el espacio, el estadounidense debe regresar a la Tierra junto a dos cosmonautas rusos. Sin embargo, Vande Hei podría ser otra víctima del conflicto.

Según ABC News, Dmitry Rogozin, jefe de la Roscosmos, advirtió que dejará al astronauta solo en la estación.  De ser así Vande Hei no podría aterrizar en Kazakhstan dentro de tres semanas.

Rogozin mencionó además la posibilidad de separar completamente la sección rusa de la EEI, dejando el resto a la deriva. En esta parte es donde están los motores que permiten su navegación. Cualquier alteración de la estructura tendría desastrosas consecuencias.

Guerra en la Tierra, paz en los cielos

La amenaza de la agencia espacial ocurre como reacción a un paquete de medidas que afectará la industria aeroespacial del gigante euroasiático. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, atacó el programa espacial ruso al reducir las importaciones de alta tecnología desde esa nación.

Desde el principio del conflicto bélico en Ucrania, con la tensión que ha generado entre Rusia y Estados Unidos, la NASA ha procurado moderar los ánimos. En ese sentido, directivos de la agencia estadounidense han reiterado que el espacio es un sitio para la paz. Evidentemente poner fin a la colaboración con Roscosmos crearía un grave problema para la NASA, que depende de la agencia rusa para el lanzamiento de sus misiones al espacio.

Para el próximo 15 de marzo está prevista una caminata espacial de cosmonautas estadounidenses, rusos y europeos que durará seis horas. La transmisión de este suceso mostraría que existe una buena relación entre las diferentes naciones que habitan en la Estación Espacial Internacional.