Así marcha la venta de papas en Cuba esta temporada, entre revendedores particulares, que llevan semanas vendiéndolas a altos precios y fuera de las bodegas. También se perdieron miles de toneladas del plan que no podrán ser consumidas.

Según medios del oficialismo, aunque se puede conseguir una cosecha y distribución de la papa «aceptable» en medio de la crisis alimentaria actual en la isla, la realidad es que los viejos problemas de reparto y corrupción se siguen evidenciando.

«Desde mucho antes del comienzo de la cosecha y ahora más, se está vendiendo por la calle la papa pregonada por elementos inescrupulosos: “vaya la papa, la papa” como si fuera algo normal y legítimo. ¿De dónde sale esa papa? Evidentemente de los almacenes donde se guarda la papa de semilla de las próximas campañas, de los almacenes de Acopio que la distribuyen a los mercados», denunció un usuario a Cubadebate. 

El cubano añadió, que sobre la venta de papas en Cuba, «está muy claro que se está “escurriendo” por cualquier “rendija”. Y ya en los mercados donde se vende el producto normado, también se “escurre” en grandes cantidades por sacos a precios desorbitantes para la venta en la calle abiertamente, porque ya no es ni mercado negro».

Venta de papas en Cuba: miles de pérdidas

La cosecha de papa en Artemisa, una de las principales provincias agrícolas de Cuba, no alcanzó las 5.600 toneladas previstas, según informó el periódico provincial El Artemiseño.

A punto de finalizar la recolección, solo se han obtenido 3.500 toneladas en las 280 hectáreas sembradas en Güira de Melena, San Antonio de los Baños y Alquízar. Esto significa que más de 2.000 toneladas de este tubérculo básico no llegarán a las mesas de los cubanos, agravando la ya existente crisis alimentaria en el país.

Miguel Sánchez García, director general del Grupo Empresarial Agropecuario y Forestal, ha justificado este incumplimiento señalando dos factores principales: la falta de 16 riegos planificados, debido a «continuas afectaciones eléctricas» que se produjeron justo en el momento más crítico para el cultivo y las lluvias, que provocaron la pudrición de parte de la cosecha.