La suspensión, en julio pasado, de las Tarjetas de Turismo para viajar a Panamá, y la interrupción de la entrega de citas para solicitar visas, dos meses después, no son medidas que únicamente hayan impactado en el bolsillo de los inversionistas particulares cubanos, más conocidos como “mulas”. No pocos empresarios panameños se han pronunciado en contra de todas las limitaciones que afrontan los antillanos, quienes se cuentan entre sus principales clientes de los últimos tiempos. 

Giovanni Ferrari, gerente de la Zona Libre de Colón (ZLC), hizo pública este mismo lunes su preocupación por el abrupto descenso de hasta un 13% de las dinámicas comerciales en la Segunda Zona Franca del Mundo, luego que los cubanos vieran limitadas sus posibilidades.

«En tiempos de crisis surgen oportunidades y las islas caribeñas pueden fortalecer la actividad de la zona franca colonense», reflexionó Ferarri, a la vez que instó a los turistas cubanos y también a los de otras zonas de la región a no perder interés por ir a invertir a la nación centroamericana, según reseñó Prensa Latina.

Desde que se conoció la suspensión de la Tarjeta de Turismo, instrumento creado por el expresidente Juan Carlos Varela, no pocos empresarios alzaron su voz para protestar ante lo que consideraron una medida que afectaba a los pequeños empresarios de la ciudad de Colón.

La Asociación de Usuarios de la Zona Libre de Colón alzó su voz para protestar ante la merma en los viajes y compras de cubanos. Daniel Rojas, presidente del grupo llegó a afirmar: 

«Todas las personas que llegan a Colón son bienvenidas y van a comprar. Hay gente que invierte 1.000 dólares, otras 3.000 dólares, del pueblo cubano que nos visita. El que más gasta, 5.000 dólares, porque no puede sacar más plata. Eso ha ayudado mucho a Zona Libre a mantenerse vigente».

Los cubanos constituyeron el 40,1% de los más de 57 mil turistas que llegaron a la Zona Franca en el primer semestre de 2019 según confirmaron los administradores de la ZLC.

Cinco meses después de la suspensión, ahora los empresarios istmeños buscan incentivar los viajes de los cubanos, boricuas, jamaiquinos, y bahameses a la Zona. Ello ayuda a que esos grupos económicos que hoy han establecido su punto de abastecimiento en Panamá, no tengan necesidad de moverse a Asia o Europa para realizar sus importaciones.

«Aunque las islas del Caribe son mercados pequeños, hay muchas de ellas que tienen un Producto Interno Bruto per cápita superior a los 30 millones de dólares», sugirió Ferrari, a la vez que dijo que el plan es ofrecerles a los cubanos “un paquete turístico que incluya giras al interior del país, a la ciudad capital y que visiten Colón para hacer sus compras».

Panamá se ha convertido en la tabla de salvación para los inversionistas cubanos luego que el gobierno de Donald Trump impidiera a los cubanos acceder a un visado de cinco años. Desde entonces la nación istmeña se erigió como el principal mercado para las llamadas mulas.

Pero el 24 de julio pasado el Servicio Nacional de Migración eliminó la emisión de Tarjetas de Turismo que vendía hasta entonces a los antillanos. Si bien se dijo que sería una interrupción temporal hasta el momento no se ha retomado el popular permiso, y tras la suspensión en la concesión de citas, ha decaído el trasiego de cubanos.

No pocas «mulas» han encontrado en Nicaragua su oportunidad de viajar desde que el gobierno de Daniel Ortega flexibilizara la entrega de visas este mismo año.

A una semana de que cierre el 2019 miles de cubanos aguardan la eventual apertura del sistema de citas para obtener uno de los cotizados cupos que abriría la puerta a una visa estampada.