Un segundo sistema de lluvias ha llegado a los condados de Los Ángeles, Orange, San Bernardino y Riverside al sur de California. Este nuevo río atmosférico se mantendrá por más de tres días y traerá lluvias heladas, nevadas, granizos y fuertes vientos.

Por su parte, el Servicio Meteorológico Nacional advierte sobre las posibles consecuencias de este fenómeno y convida a la población a tomar todas las precauciones.

En los condados de Los Ángeles y Orange las precipitaciones deben pasar de leves a moderadas según avancen los próximos días. Por lo que, los días lunes y martes fueron de precipitaciones moderadas, mientras que de miércoles a viernes se esperan nevadas de moderada intensidad.

También se esperan nevadas de igual intensidad para las zonas montañosas, aunque se podrían registrar hasta 6 pulgadas de agua entre miércoles y viernes. 

Algunos de los efectos serán las fuertes lluvias, vientos y también frío, según el servicio de meteorología de Univisión Los Ángeles. También se advierte que, los trabajadores al aire libre así como conductores de carga pesada deberán extremar las medidas de precaución durante sus jornadas laborales.

¿Cuáles serían los principales riesgos para la región?

Hasta el 6 de enero pudieran ocurrir fuertes precipitaciones en diversas partes de California, así como gran cantidad de lluvias heladas. Por otra parte, las acumulaciones de agua en la región pudieran rebasar las 8 pulgadas.

Es por ello que la Oficina de Emergencias de California advierte sobre los peligros con los flujos de escombros llenos de barro, rocas y árboles. También plantean que la lluvia es bienvenida en el estado debido al intenso período de sequía, pero puede desencadenar peligrosas consecuencias.

Antes de una inundación las autoridades recomiendan mantener despejados los desagües y las cañerías pluviales, así como mover artículos valiosos a pisos más altos. 

También es importante que durante la inundación las personas no esperen qué pudiera pasar, sino que tomen las medidas para evacuar. Se recomienda no caminar ni conducir a través de una inundación, y mantenerse atentos a los deslizamientos de tierra y flujos de escombros.