El cambio de las divisas en Cuba continúa disparado en el mercado informal. El USD roza los 200 CUP. Por este motivo, los cubanos han modificado uno de los eslóganes del gobierno y aseguran que “el dólar sí avanza”.

Cuando hace unos días nuestra página comunicaba que el precio del dólar en Cuba se aproximaba a los 180 pesos en “la calle”, cientos de usuarios comentaron a través de nuestros canales oficiales.

‘Al infinito y más pa’ allá’, ‘El dólar sí avanza’, ‘Esto no tiene freno’, ‘El dólar avanza y eso nos duele’, fueron algunas de las opiniones emitidas por los lectores de Directorio Cubano.

“Llegará a los 200 y no pasará nada. Cada día tenemos más y más miserias”, auguró otra cubana desde Facebook.

No ha pasado una semana desde la publicación y el cambio del dólar en Cuba, en el mercado informal, se ha acercado a los 200 pesos cubanos, ya estable, sobre los 180 CUP.

Hasta 195 se ha llegado a cotizar en uno de los grupos de compra y venta de divisas de Telegram. Otros tipos de cambio propuestos han sido 1 USD por 183, 185 y 190 pesos cubanos.

La propia prensa oficialista ha criticado la medida del gobierno de establecer un mercado cambiario oficial, sin tener las condiciones para ello y empleando tasas muy similares a las del mercado ilegal.

“Ante la irrupción de una estrategia cambiaria nacida sietemesina (por no contarse con la divisa suficiente para vender, en cantidad y durante todo el día, en las unidades designadas), la contrarrespuesta urgente del mercado informal sería la elevación, aún más, de los gravámenes de las monedas fuertes”, señala un artículo del 5 de Septiembre.

Ha sido este exactamente el comportamiento. Las CADECA han acusado déficit de divisas, especialmente de dólares, problemas con los sistemas de venta, colas, límite en las cantidades que pueden vender a la población. En la calle, los precios continúan aumentando.

Al anunciar el mercado, el Ministro de Economía dijo que “aquí hay muchas personas hoy que están dispuestas a venderle las divisas al Estado y no al mercado ilegal. En el fondo, la inmensa mayoría somos revolucionarios”. Los propios cubanos desmienten con su realidad al gobernante.