Joe Biden aseguró que no es “racional” deportar a los emigrantes cubanos, nicaragüenses y venezolanos que entren a los Estados Unidos, lo que constituye un planteamiento clave en la futura política de su gobierno respecto a la emigración.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, declaró este martes que no es “racional” deportar a los cubanos que llegan a ese país. Lo mismo señaló con relación a los migrantes de Venezuela y Nicaragua

La afirmación fue hecha durante una conferencia de prensa en la Casa Blanca. Ante una pregunta relacionada con el flujo migratorio y la seguridad en la frontera, Biden dijo que la situación en las zonas limítrofes con México es muy diferente a la que había durante el gobierno de Donald Trump. En su opinión, ahora “llegan menos migrantes de Centroamérica y México”.

Sin embargo, ante la ola migratoria de otros países, entre ellos Cuba, el mandatario estadounidense tuvo que referirse a ello. 

“Ahora estoy atento a Venezuela, Cuba y Nicaragua. La posibilidad de enviarlos de regreso a esos países no es racional”. 

Al respecto añadió que se trabaja de conjunto con el gobierno de México y el de otros países para tratar de detener el arribo de migrantes.

Un periodista indagó por la amenaza de gobernadores republicanos que planean enviar a los indocumentados a Delaware, el estado natal de Biden. El presidente, en tono irónico, respondió: “Visiten Delaware, es un estado hermoso”.

Migración en el centro del debate político

La migración sigue estando en el centro del debate político en Estados Unidos. Un país de emigrantes, como muchos reconocen. Sin embargo, otros quisieran impedir por todas las vías posibles la llegada de personas que buscan mejorar sus condiciones de vida. 

Visiones diferentes en este sentido muestran demócratas y republicanos, en un año de elecciones de término medio. Precisamente los que están a favor y en contra, tratan de movilizar al electorado, cuando la mayoría demócrata en el Congreso pudiera verse en peligro. 

Mientras, varios gobernadores republicanos, entre ellos los de Texas y Florida comenzaron a enviar grupos de migrantes a estados gobernados por demócratas. Al tiempo que de ese modo trasladan el “problema” lejos de sus territorios, buscan ejercer presión sobre el ejecutivo de Joe Biden.