“Lo iban a matar para robarle la moto”: aumenta la frecuencia de este delito en Cuba

El MININT pide que ante sospecha de robo de motos (personas merodeando cerca de vehículos o caminando por las calles mientras usan casco y sin moto), se llame al 106.

Cada vez son más comunes en Cuba los robos de motos donde media la violencia. La provincia de Sancti Spíritus es prueba de ello. 

Según Escambray, se han esclarecido en 2022 el robo de seis motos eléctricas en Sancti Spíritus. Las cifras son bajas si las comparamos con la frecuencia de robos, que ocurren hasta semanalmente, de acuerdo a la Fiscalía.

Para el MININT, “es el descuido de los propietarios la principal causa que favorece hoy la sustracción de ciclomotores eléctricos” en el territorio. 

Y aunque muchos hechos quedan “apenas” en el robo del vehículo, en otros casos las víctimas han sido violentadas. 

El periódico narra la historia de Alfredo, a quien engañaron para “tirar” un pasaje en la noche del pasado 14 de junio. 

Lo llevaban hacia un “terreno baldío donde no se veían casas”, cuando se dio cuenta de que corría peligro. Uno de los ladrones “sacó un cuchillo y cortó el cuello de Alfredo, quien, a punto de ser degollado, saltó de la motorina aún en movimiento”, relata el periódico local.

El atacante logró alcanzarlo y “Alfredo recibió dos heridas más de arma blanca: una cerca del corazón y la otra casi rozándole un riñón”. 

Mientras forcejeaban, en un descuido del agresor, la víctima logró escapar y “pudo hacer el cuento”. 

Más recientemente, el profesor Santiago Diosdado Morgado Morgado, de 62 años, fue asesinado en Sancti Spíritus, presuntamente para robarle su moto. 

ROBO DE MOTOS EN SANCTI SPÍRITUS

En su nota oficial, el MININT en la provincia no pronunció sobre los motivos.

Según las autoridades en el territorio, las áreas de mayor concentración de sustracciones de motos son el Hospital General Provincial Camilo Cienfuegos y sus inmediaciones, el parque Serafín Sánchez Valdivia, el parque Honorato del Castillo y en zonas periféricas de la ciudad donde la densidad poblacional es relativamente baja.

En cuanto al modus operandi, indicaron que se suele “forzar el timón porque el interior posee tan solo una fina lámina de calamina que, al ser girada en sentido contrario a la posición natural, parte el seguro”. 

Luego, “introducen la mano por debajo del asiento y apagan el breaker o interruptor del circuito eléctrico del ciclomotor, para inutilizar así el sistema de alarma”, explican.

“A veces el dueño del ciclomotor llega a centros recreativos como paladares y discotecas, lo deja en la entrada y, una vez concluida la gestión, se percata de que ha sido sustraído”, agregaron.

Aunque el texto no posee un tono alarmista, el mayor Yéster Reyes pidió que, “ante la sospecha de personas merodeando cerca de motorinas, se debe llamar al 106, o de igual forma, cuando se detecten personas que caminen por las calles usando casco y sin moto aparente”.